El saber humano no distingue entre ciencias y letras, distingue en "si se sabe, o no"; pues el conocimiento es global, todas las ramas del saber están interrelacionadas, unas se derivan de otras, se apoyan mutuamente, etc., lo que precisa de una formación integral en la persona para que conozca el mundo que le rodea y sea eficaz y eficiente en el desenvolvimiento de sus tareas y obligaciones profesionales, ciudadanas, familiares, organizativas, etc.

Si nos remontamos al origen de nuestros actuales conocimientos, fundamentalmente originados en la Grecia clásica, no surgen separadamente científicos y literatos; pudiendo afirmar que los grandes pensadores solían disponer de un conjunto de cualidades intelectuales e investigadoras de todo tipo de naturaleza; pues, la adquisición de saberes tenían una metodología común y similar como, actualmente, es la observación, el análisis, la reflexión, la comprensión, la comparación, el contrastar y verificar hipótesis, la obtención de conclusiones, la aplicación de lo obtenido y deducido al mundo real, para solucionarle sus problemas, etc. Tengamos presente que todas las ciencias surgen de la filosofía, la "madre", consecuentemente, de todas ellas; la cual pertenece a las "letras", y que, por lo tanto, su conocimiento, su método, es de inexcusable conocimiento y aplicación por los "científicos" que pretendan investigar en cualesquiera campos de la ciencia y de la técnica, lo que les permitirá seguir "caminos" certeros, economizar recursos, y alcanzar los descubrimientos, con eficacia y eficiencia, que se propongan en bien de la humanidad. No obstante lo cual, siempre se ha impuesto un cierto grado de especialización en lo que se refiere al cultivo del intelecto; lo que no implica desconocer, ignorar, menospreciar o despreocuparse de otras ramas del saber. Así, podríamos citar a filósofos "puros y duros" como Platón y Aristóteles; y a matemáticos y geómetras como Pitágoras, Euclides, etc.

Otra época brillante de la humanidad, como el Renacimiento, estuvo protagonizada por personas con intereses y manifestaciones globales de la cultura, como puedan ser el arte, la ciencia, la técnica, etc. como Leonardo Da Vinci, ejemplo, por excelencia de una persona integral y preocupada en todos los campos del saber.

Más recientemente, en nuestros días, podemos citar a Juan Benet Goitia, Ingeniero de caminos y escritor de prestigio, con, entre otras, su famosa novela "Volverás a Región"; o José Echegaray y Eizaguirre, dramaturgo, también ingeniero de caminos, ministro de Hacienda, etc.

La persona verdaderamente culta e inteligente, con independencia de su profesión, ha de conocer y cultivar "ciencias y letras", para un mejor entendimiento de sus semejantes, de la naturaleza, de las obras de creación artística, técnica y científica, etc., en resumen, para degustar más y mejor lo que la vida le ofrece y que, en justa correspondencia, habrá de procurar actuar con laboriosidad y cumplimiento exacto y riguroso de sus deberes ciudadanos, con lo que contribuirá a hacer un mundo mejor, más justo, más solidario, más amable, etc., etc., etc.

Sancho de Moncada