La razón por la que dedico este comentario sobre eventos zamoranos a don Pedro Calderón de la Barca es porque leí en las Memorias Históricas, de Cesáreo Fernández Duro que, en septiembre del año 1881, siguiendo el impulso de todos los pueblos de la nación, en Zamora se solemnizó el segundo centenario de la muerte del gran dramaturgo don Pedro Calderón de la Barca, y la Seña Bermeja custodiada por una Comisión del Ayuntamiento , figuró dignamente en el cortejo grandioso que se organizó en Madrid.

Pedro Calderón de la Barca nació en Madrid el 17 de enero de 1600, y falleció el 25 de mayo de 1681, a los 81 años de edad.

Pedro, que había ingresado en la Universidad de Alcalá, decidió dejar los estudios religiosos por la carrera militar y llevó una vida algo revuelta de pendencias y juego.

Cuando tuvo estrecheces económicas, Pedro entró al servicio del Duque de Frías con quien viajó por Flandes y norte de Italia entre los años 1623 y 1625, participando en varias campañas bélicas. Bernardino Fernández de Velasco y Tovar era el Duque de Frías de 1613 a 1652, conde de Haro, marqués de Berlanga y Condestable de Castilla. A lo largo de su carrera política desempeñó los cargos de Virrey de Aragón y Gobernador del Milanesado. Podía haber ostentado también el ducado de Toro, título concedido por los Reyes Católicos a María de Tovar, cuyo título no reivindicó ninguno de los herederos y revirtió a la Corona.

Desde 1625 comenzó el extenso repertorio dramático de Pedro Calderón de la Barca: La Gran Zenobia, El Sitio de Breda, El Alcalde de Sí mismo, La Cisma de Inglaterra y toda una larga lista de obras. Luego escribió El Príncipe Constante, La Dama Duende, El Nuevo Palacio del Retiro.

Pedro Calderón participó en la Guerra de Secesión de Cataluña en 1640 en la Compañía de Caballería de Coraceros. Estuvo en la toma de Cambrills y fue herido en una mano en una escaramuza cerca de Vilaseca.

La obra teatral de Calderón de la Barca significa la culminación barroca del modelo teatral creado por Lope de Vega. Su producción dramática consta de ciento diez comedias y ochenta autos sacramentales.

Destaca Calderón en obras como el Alcalde de Zalamea, o su obra maestra La Vida es Sueño, de donde recordamos:

¿Qué es la vida? un frenesí / ¿Qué es la vida? una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño / ¡Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son !