Creo que a muchos españoles nos sorprende desagradablemente comprobar que, mientras cuando en el orden internacional, se exhibe un acontecimiento importante en el que sale de protagonista un país, por pequeño que sea y pequeña, también, su importancia en el orden internacional, el público o un coro especializado del país ensalzado, interpreten el himno de ese país cantado con su letra propia, cuando es España la protagonista, suene e l himno nacional español ( que llamamos "Marcha Real", por su origen); pero sólo interpretado en su música -con mayor o menos número de instrumentos-; pero nunca con una letra aceptada por todo el conjunto de las españoles.

Tal vez sea ése el motivo por el que, actualmente, no se interpreta en los colegios de Primera Enseñanza, ni Centros de Enseñanza Secundaria. Yo recuerdo (y ciertamente con profunda nostalgia) nuestros años de niños, en la España que hoy decimos "Franquista", cuando, al entrar en clase y antes de que ésta comenzara su actividad del día, en fila y con toda solemnidad, cantábamos el himno nacional con una letra, generalmente aceptada por todos y que -creo- se atribuía, como autor, al importante poeta y escritor don José María Pemán. En ella se conmemoraba la pasada grandeza de nuestra patria, que durante siglos iba a la cabeza de la civilización y actividad civilizadora de los pueblos punteros en cultura.

No quiero culpar a las tendencias llamadas de izquierdas, dominantes hoy en nuestro ambiente, y que pregonan una tendencia antibelicista. Es laudable la idea antibelicista, tomada en sentido general para todo el mundo; pero eso no quita para que cada pueblo pregone lo que fue su estilo en el pasado y rigió su proyección sobre aquel mundo entonces existente. Pero reconozco que esta apreciación puede ser excesivamente "patriotera"; y que no sea participativa en todo el país. Y, reconociendo esto, admito que se confeccionara un himno nacional español que fuera del agrado de todos los ciudadanos, sin distinción de ideas y preferencias particulares. Ha querido hacerse algo de esto desde el mundo del deporte; pero, no sé por qué la idea no ha cuajado; y en la vida nacional nuestro himno sigue interpretándose sin letra que pueda ser cantada por todo el público presente en la celebración del acontecimiento festejado.

Es notorio que lo que ocurre con el himno nacional español suceda igual en el himno, recientemente admitido, para el Organismo Internacional que adoptó el nombre de OTAN y significó la respuesta del mundo occidental a las ambiciosas pretensiones de la URSS. Hay que reconocer que el autor de este himno ha sido un capitán del Ejército de un pueblo pequeño en población y menos pequeño en significado internacional, puesto que ha ido, casi siempre, a la cabeza de las nuevas creaciones, como fue el germen de lo que hoy es la Unión Europea y se llamó Benelux, con el final Luxemburgo. Es notable la enumeración de los instrumentos que intervienen en la música de este nuevo himno. Pero, a pesar de esta minuciosidad en lo que se refiere a la música, no existe una letra que permita interpretarlo por un público occidental que sea espectador en un acontecimiento cuyo protagonista sea la ONU.

Esta ausencia de letra, igual a la del himno nacional español, tiene, supuestamente, una razón que en el nuestro no se da. Al existir numerosos países pertenecientes a la OTAN y con su propio idioma cada uno, tan distinto entre ellos, no se ha tratado el idioma en que podría interpretarse la letra del himno de la OTAN. La fijación de ese idioma será objeto de alguna reunión internacional, en la que participen todos los países constitutivos de la OTAN, con igualdad de capacidad decisiva, aunque esta capacidad esté sometida a argumentos racionales públicamente expuestos y considerados de una manera individual por cada uno de los países integrantes. No es éste el caso del himno español -como es lógico-: en España, aunque existan varios idiomas, legítimamente aceptados, la Constitución votada por todos admite para esos idiomas la condición de "cooficiales", con lo que se legaliza la consideración de universal para todos los españoles del idioma, "español" para todo el mundo y "castellano", por su origen, para quienes quieran distinguirlo de esos otros idiomas regionales en su extensión poblacional. ¡Que una buena voluntad consiga, para la del nuestro, el de la OTAN y cualquier otro himno que se cree, una letra apropiada con la que se llegue a una interpretación vocal en las manifestaciones públicas! Sería una buena consecución en el orden nacional e internacional.