Sin duda alguna la Salud ha sido la petición mayoritaria de los zamoranos al Año Nuevo y a los Reyes Magos. También los mayores escribimos nuestra carta anual. No pasa del pensamiento, del deseo a veces compartido, pero también cuenta con las líneas necesarias donde, en pocas palabras, condensamos anhelos y sueños. Los sueños no tienen por qué ser únicamente infantiles. Dicen que los sueños pueden cambiar la historia. George Bernard Shaw sostenía que "si has construido castillos en el aire, tu trabajo no se pierde. Basta con que coloques las bases, los cimientos, debajo de ellos". Si tienen base se pueden cumplir porque los sueños no tienen edad.

Servidora ha pedido a Melchor, Gaspar y Baltasar, Salud para todos. Y Suerte. No sé si nos la merecemos o tenemos que trabajarla más, pero necesitamos suerte para salir de este socavón en el que Zamora lleva tanto tiempo. Tanto que se antoja eterno. No tenemos que esperar a que nos resuelvan los problemas. Somos nosotros quienes tenemos que dar un paso adelante y proceder en consecuencia. Luego ya pediremos responsabilidades a quienes las tienen y no las ejercen. El que espera desespera y llevamos demasiado tiempo esperando que hagan por nosotros lo que nosotros somos incapaces de hacer, yo creo que por desidia, por cansancio, por vaguería.

He pedido más cositas a Sus Majestades. Me he hecho eco del sentir de muchos usuarios y muchas amas de casa al pedirles, que pongan más cajeros físicos en las cajas de Bancos y Cajas de Ahorro. Algunos tienen 'unicaja' pero los que tienen tres y cuatro cajas, lo que deben hacer es ocupar las sillas vacías y no consentir que se formen esas colas que a veces duran horas, porque, encima, los ordenadores no colaboran, y porque la quemazón del personal la paga el cliente, y ya les vale. Los Bancos y algunas Cajas no tienen perdón de Dios con lo que están haciendo a sus clientes. Porque, a ver, quién nos paga el tiempo que perdemos en las colas. Debería ser vergonzoso para ellos mismos pero los directores y directoras siguen cómodamente instalados en sus despachitos pasando del personal.

Tres cuartos de lo mismo me he pedido para algunas grandes superficies. Es imposible que hagan reformas, pongan ocho cajas y siempre haya una sola cajera atendiendo colas infinitas para acabar sucumbiendo con el consabido: "señorita Sandra, acuda a la línea de Caja" y así poder ir pasando en orden de fila a esperar otro poquito en la siguiente caja. Lo de los supermercados no tiene nombre. Unos son más responsables que otros pero eso de que los clientes somos sus amigos no es cierto, a un amigo no se le trata como se trata a los clientes en tantos de estos establecimientos.