La apariencia de que se repiten los errores deja de ser apariencia y se convierte en realidad cuando los errores vuelven a repetirse. Ha pasado en todas partes, los ejemplos son abundantes, en la designación/elección de dirigentes políticos y empresariales, en la reclamación de pretendidos derechos históricos de los territorios, en la justificación de medidas anticrisis que más bien son un atentado contra la humanidad que las padece. El error es fruto de la ideología y de la emoción, o de ambos mezclados. Por eso el sentido común y el espíritu de la razón que nos empezaron a liberar, hace ya más de tres siglos, de las supercherías y de las injusticias está siendo tan atacado y menospreciado. Porque han vuelto con fuerza el mito, la emoción y el odio al otro. Han vuelto para permanecer y hacer daño, para ejercer el poder desde la vileza si hace falta.

Esto solo a modo de inventario de urgencia, pues no quiero rematar el año con un artículo demasiado escéptico. Pero pienso que es bueno que se quede como frontispicio, para que no lo olvidemos. El resto de lo vivido y ocurrido son lecciones involuntarias de la historia general y de la historia particular. Lecciones impartidas por anónimos maestros, por tímidas profesoras, que convierten nuestro acontecer en algo grato, incluso feliz. Así por ejemplo, los partidarios y usuarios de los libros en formato electrónico (¿son libros semejantes engendros?) se han sorprendido del estancamiento de su soporte frente al auge y crecimiento de los libros en papel. Es largo explicar las razones aunque podrían limitarse a los costes actuales de producción editorial, inmensamente reducidos con la impresión digital, que permiten al editor graduar las tiradas a su gusto y a la demanda. Sería curioso comparar las cuentas de explotación de la editorial del libro de Fernando Aramburu, "Patria", que va por el medio millón de ejemplares vendidos, con otro de similar éxito y tirada de hace diez o quince años. Nos sorprendería mucho la disminución de los costes y el aumento de los beneficios del presente. También se producen fenómenos insólitos, como la aventura de editar en nueva traducción todos los relatos de Jack London en tres entregas y en cuidada edición (editorial Reino de Cordelia, 2017). Hay más pero me quedo con estas dos buenas noticias del año 2017. Los tópicos resúmenes del año se encargarán del resto. Feliz 2018.