No es más que una idea, un tema de debate político, una utopía, una mera elucubración, en realidad, que habita en internet y en los medios.Una ocurrencia al parecer de una plataforma de catalanes, barceloneses en concreto, no independentistas y agrupados bajo el lema de que Barcelona no es Cataluña, o algo así. Se trata de pedir la independencia de los independentistas, atendiendo a datos reales, ya perfilados antes pero que fuera corroboradas en el 21D. Hay dos Cataluñas, una de ellas la región rica, dinámica, de mayor población, con las diez ciudades más habitadas, con una franja costera líder en gran turismo, y hay también una Cataluña, más rural, más pobre, más atrasada, con Gerona y Lerida como epicentros. Es la más separatista. En la otra, la mayor parte de los catalanes quieren seguir siendo españoles, porque eso es lo que son, y ese es el territorio que forman las provincias de Tarragona y Barcelona. Por eso han dado ahora en llamarla Tabarnia.

Especialmente, claro, en las redes sociales que han hecho del asunto un tema viral, como se suele decir. Con la polémica a cuestas. Porque aunque, en realidad, no se trata más que de un trampantojo, de una irónica réplica, una especie de broma o chiste, hay quienes se lo toman en serio, tanto los no secesionistas como los propios fanáticos iluminados del separatismo.Los defensores de Tabarnia piden constituirse las dos provincias en una comunidad autónoma de España. Y pedir luego su propia independencia de Cataluña, alegando los mismos motivos que los soberanistas utilizan en su falso argumentario contra España: que ellos son un lugar más próspero, que sus impuestos se usan luego en favor de otras zonas catalanas más desfavorecidas, que son víctimas de discriminación? En Tarragona y Barcelona se votó más el 21-D a los partidos constitucionalistas, que obtuvieron más del 50 por ciento, lo que puede ser considerado como una razón democrática y suficiente. Hasta llegan a hablar de un referéndum, ilegal por supuesto, para separarse de Cataluña. Por su parte, los independentistas se lo toman con despectivo humor, o eso quieren aparentar.

El mensaje de nochebuena del Rey, instando a recuperar allí la normalidad constitucional, no ha sido escuchado por ellos, aunque acabará imponiéndose porque no puede ser de otra manera. Por cierto, que fue Felipe VI líder indiscutible en audiencia, con más de ocho millones de personas escuchando su discurso sereno, conciliador y firme. Por cierto que Castilla y León fue la región donde más fue seguida la felicitación navideña del Monarca, aunque fuese entre el jaleo propio de los preparativos de la cena familiar y tradicional, lo que no deja de tener su mérito. Y es que en España no se llevará el retrato de su Rey en el coche, como dice el ex futbolista catalán Xavi que ocurre en Qatar, donde el que fuera jugador internacional con España exhibe su desgaste a cambio de petrodólares, pero mas del 70 por ciento de la población aplaude la labor de la institución monárquica. Dice también Xavi que aunque en Qatar no hay democracia sino dictadura, la gente es feliz. Algo que a los mayores nos suena.