A algunas calles de la ciudad les cambian de nombre con tanta frecuencia que ni los propios residentes en ella conocen cómo se denominaba anteriormente. Este puede ser el caso de la calle Salmerón, una céntrica calle que muchos frecuentamos a diario, pero que ese nombre no nos suena ni de lejos.

Don Nicolás Salmerón y Alonso fue ministro de la Gobernación y Presidente de la Primera República Española (1873) de cuyo cargo dimitió para no firmar varias penas de muerte; se opuso a Castelar y provocó su caída. A la restauración borbónica, se refugió en París hasta 1884, año en que regresó a España y organizó el Partido Republicano Centralista, de cuyo movimiento fie el principal exponente. Falleció en Pau, Francia, en 1908.

La calle zamorana que estuvo dedicada a Nicolás Salmerón, hasta la Guerra Civil de 1936-1939, es la que hoy se llama calle de Pablo Morillo. Cuando tenía aquel primitivo nombre, como calle de nueva creación tenía pocos edificios, entre los que destacada la puerta accesoria de la "Escuela de Los Bolos", un chalet en el que vivía un conocido médico, don Alfonso García Santiago y traseras de los chalets de la "Avenida" , terminado esta vía pública en la calle de la Amargura.

Con el tiempo, además de cambiar de nombre, pues paso a llamase calle del General Muñoz Grandes, se prolongó hasta la Avenida del Cardenal Cisneros. El Ayuntamiento había decidido dedicar al militar español que había marchado al mando de los voluntarios de la División Azul, habiendo luchado junto a los alemanes contra los rusos. A su regreso fue nombrado jefe de la casa militar del Jefe del Estado y también fue Vicepresidente del Gobierno. Muñoz Grandes falleció en 1970.

Al advenimiento del actual Régimen democrático, el nuevo equipo de gobierno municipal decidió cambiar el nombre de un buen número de calles zamoranas, correspondiéndole a esta que comentamos la nueva denominación de Pablo Morillo.

Pablo Morillo fue un general de comienzos del siglo XIX, famoso en la Guerra de la Independencia y en las luchas en Colombia contra los insurgentes sudamericanos. Natural de esta provincia, Fuentesecas , fue pastor en su niñez, sentó plaza a los trece años. Sus méritos militares y la brillante reputación que había adquirido, se vieron obscurecidos por actos de crueldad. Acusado de ideas liberales por los monárquicos fieles a Fernando VII, se refugió en Francia. A su regreso a España en 1832, Ocupó el cargo de Capitán General de Galicia y participó en la lucho contra los carlistas.

Vemos que el cambio de nombre en sucesivas ocasiones de algunas vías urbanas, obedece al momento político que nos toque vivir para homenajear a personajes que han destacado a favor de los ideales que primen a la sazón.