Existe hoy día una cierta tendencia a ignorar o demonizar, hechos o biografías de personajes que coinciden con los años del franquismo. Los historiadores, independientemente de cuáles fueron los actos o ideología de aquellos, no debemos olvidarlos y como tales profesionales, si así nos consideramos, tenemos la obligación de narrar todos sus hechos, del tipo que fueran, ya que forman parte de la Historia de España, y si ahora hablamos de uno de la pasada dictadura, en otra ocasión lo haremos de otros personajes antagónicos en cuanto a sus ideas políticas se refiere. El título de la columna refleja nuestro sentir y justifica nuestras palabras. Veamos:

Luis Rodríguez de Miguel fue un político y jurista que nació el día 3 de Julio de 1910 en Zamora y murió en su ciudad natal el 19 de Abril de 1982, cuando contaba 71 años. Estuvo casado con María Luisa Ramos con la que tuvo ocho hijos. Especialista en sicología penal, ingresó en la carrera fiscal en 1.935, siendo sus primeros destinos en las Audiencias de Zamora y Salamanca. Al estallar la Guerra Civil (1936-39), se puso del lado de los sublevados afiliándose al Partido de la Falange, y al concluir la contienda, fue nombrado Gobernador Civil de la islas Baleares y posteriormente de Guipúzcoa.

En el año 1942, recibió en la estación del Norte de San Sebastián a los integrantes de la División Azul, cuerpo militar que el general Franco proporcionó a Alemania en la Segunda Guerra Mundial, en compensación por la ayuda que Hitler había prestado a los nacionales (sublevados) en la Guerra Civil. En 1944 se le nombró Director General de Correos dejando este cargo en 1956, al ser designado Subsecretario del Ministerio de la Gobernación cuando era ministro el general Camilo Alonso Vega. Se mantuvo en este puesto hasta 1969. Desde 1955 fue Procurador en Cortes por la Organización Sindical, al tiempo que presidió durante varios años el Congreso de la Unión Postal de las Américas y España, organismo de la O.N.U. Ocupó el cargo de consejero nacional del Movimiento durante cinco legislaturas. Su actividad fue muy grande, hecho que se recuerda en algunas localidades como Leganés (Madrid), donde se construyó un estadio deportivo que inaugurado en 1966 se le puso su nombre. En 1974, Carlos Arias Navarro, nombrado presidente del Gobierno tras la muerte del almirante Carrero Blanco, le designó Ministro de la Vivienda, cargo que ocupó desde el 3 de enero de 1974 al 12 de diciembre de 1.975, con motivo de la muerte de Franco.

Dejó entonces la política y se centró en la carrera jurídica. En febrero de 1980 fue nombrado Fiscal General del Tribunal Supremo, cargo que desempeñó hasta su fallecimiento en febrero de 1982. Estuvo en posesión de numerosas condecoraciones como se puede observar a partir de los decretos de los ministerios de la dictadura: Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil (1947); Gran Cruz de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas (1959); Gran Cruz de la Orden San Raimundo de Peñafort (1961); Gran Cruz de la Orden de Cisneros (1964); Medalla de Oro al Mérito turístico (1964); Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica (1969); Gran Placa de la Orden del Mérito Postal (1969); Gran Cruz de la Orden de Carlos III (1975); etc.

El diario "El País" del 22 de Abril de 1982, le dedicó una necrológica, en la que recoge numerosos datos de su vida, y entre ellos, que su expreso deseo era ser enterrado acompañado de su familia y sus más íntimos amigos. La localidad de Toro le dedicó una calle con su nombre. Félix Luengo Teixidor, en su obra "La formación del poder local franquista en Guipúzcoa (1937-45)" nos habla de Luis Rodríguez.