Ya lo tenía claro desde hace muchos años: las mentiras que se eligen para desacreditar al contrario dicen más sobre uno mismo, sobre el contrario, y sobre la dinámica social que las alimenta, que tres sacos de verdades.

Para que una mentira dañina funcione, tiene que parecer creíble, tiene que indignar a quienes la escuchan y tiene que resultar perjudicial para el calumniado.

El fenómeno es general, pero me refiero en este caso a un tuit falso atribuido a la nacionalista y socialista (juntarlos queda feo) Mónica Oltra, en el que ella, supuestamente, afirma: "La ayuda de 500 euros a todos los inmigrantes sin papeles es un gran avance hacia la España plural multicultural. Valencia acoge Welcome Refugees".

El análisis de la falsedad y la suplantación puede ser interesante, pero a mí me parece aún más notable intentar analizar el cambio sociológico que supone el uso de esta mentira en concreto.

Para mí, lo que queda claro es que a través de esta falsedad se pone al descubierto el coste político y social de apoyar la llegada indiscriminada de inmigrantes y refugiados, y el apoyo que el buenismo tiene realmente. Nadie falsificaría un tuit para decir que Mónica Oltra cree en la Europa de los Pueblos. No haría daño entre los suyos y ella no se molestaría en desmentirlo. Nadie falsificaría un tuit para decir que Mónica Oltra cree en la educación laica, y ella no se molestaría en desmentirlo. Ambos mensajes irritarían a mucha gente, sí, pero no a los suyos. No a su parroquia. Serían simples anécdotas idiotas.

Sin embargo, un tuit de apoyo a los refugiados es algo que ya hay que desmentir, porque mucha gente, incluida la afín, se sube a las paredes con el tema. El contenido de la falsificación y la necesidad de desmentirlo es, a mi entender, un potentísimo indicador sociológico. Lo que significa es que escribir semejante cosa en serio ya es hoy totalmente inaceptable.

Hasta hace cuatro días hubiese podido ser real. Hoy no.

Hasta hace cuatro días, nadie se hubiese molestado en atribuir esa frase falsamente a un político de izquierdas. Hoy se hace, porque la frase es dañina.

¿Y por qué es dañina? Porque la sociedad ya no acepta ese mensaje.

La verdad profunda acecha a veces en los lugares más inesperados. Entre la mugre de una burda falsificación, incluso.