Efectivamente, además de "ridícula", como la ha calificado la patronal zamorana y el propio comercio de la ciudad, la iluminación navideña de este año es pobre de solemnidad. Como si la crisis retornase y hubiera que recortar incluso de lo poco que a lo largo del año nos alegra un poquito la vida y que no es otra cosa que las luces que encienden la Navidad en la ciudad y nos ponen en sintonía con la fiesta de puertas a fuera del hogar.

No voy a establecer comparación alguna con ciudades de nuestro entorno comunitario, porque además de ser odioso salimos perdiendo por goleada. No entiendo esta forma de cicatería municipal. Y que no me vengan con el rollo, por muy higiénico que sea, de que de esta forma los dineros se emplean en cosas más importantes. La gente ya no traga tanta mentira como se les cuenta. Si es verdad que el alcalde ha logrado sanear las arcas municipales como se nos ha dicho hasta la reiteración, que las abra en ocasiones como esta.

Lo que no entiendo es que desde el Ayuntamiento se recomiende a las agrupaciones de comerciantes que completen la iluminación de sus calles si es que la consideran 'corta'. Además de corta, escasa y poco lucida. La han debido sacar del baúl de los recuerdos porque es como una antigualla. Me gustaría conocer la identidad de la empresa por si existe alguna afinidad, porque de otra forma no se entiende lo que han hecho.

Al comercio de Zamora, al tradicional, al nuestro, al verde y rojo, no se le puede pedir más de lo que da. A quienes habría que exigir más implicación es a los responsables de las franquicias, que se lo llevan calentito y apenas colaboran en nada con la ciudad, por mucho que las grandes superficies y estos establecimientos sean los favoritos del actual presidente de Azeco.

Estoy completamente de acuerdo con José María Esbec, presidente de la patronal zamorana, la gente ha salido, ha visto y se ha acordado de toda la parentela de los munícipes gobernantes. Es verdad que una iluminación así, deprime. Hubiera sido mejor no poner nada. Los comerciantes, los nuestros que son los que me importan, ya se gastan sus buenos cuartos comprando en Fundación Personas (son solidarios hasta para eso) los árboles que adornan las entradas a sus establecimientos. Por cierto, son ellos y nada más que ellos, lo que contribuyen con la luz a tope de sus escaparates a iluminar la calle porque las luminarias municipales necesitan una reposición urgente, proporcionan más sombras que luces.

Cómo es posible que volvamos para atrás. Cómo es posible que la concejalía pertinente no se estire un poco más y encima, en lugar de obrar con humildad, lo haga tirando balones fuera y pasando el marrón al comercio, cuando Zamora es la ciudad que menos gasta en adornar sus calles con motivo de las fiestas navideñas. La que menos.