Es triste que te pregunten si eres republicano, responder sinceramente que sí y, acto seguido, tener que decir que no obstante apoyas a la figura del rey. Y el caso es que, con el paso de los año, he visto que somos legión los que incurrimos en semejante divergencia.

La figura del rey es anacrónica, injusta, no se sostiene sobre lógica alguna y constituye, por sí misma, un insulto a ideales tan básicos como libertad o igualdad. Eso vaya por delante. El hecho de que perviva en muchos países avanzados, como Dinamarca, Suecia o Gran Bretaña, se debe más a razones utilitarias que ideológicas. Los países avanzados lo son a menudo porque aprecian las cosas que funcionan, y la monarquía resulta conveniente por muchas y variadas razones.

Fuera de estas cuestiones, creo que el ideal republicano de igualdad entre todos los ciudadanos, en negrita, con independencia de su origen y nacimiento, es mucho más robusto, genera sociedades más fuertes y evita la pirueta lógica de tener que meter a la mitología y la religión en política, cosa siempre muy peligrosa para la credibilidad del sistema en su conjunto.

Pero amigos, en el caso de España, hay que introducir otras dos variables, nos guste o no, y aquí es donde se joroba todo.

En primer lugar, la idea española actual de república no es neutral. La república se sigue viendo como heredera y continuadora de la de 1931. La idea de república en España es izquierdista y revolucionaria, más cercana a una república popular o una república socialista que a un simple modo de gobierno, como en Alemania o Francia, donde la palabra república no tiene tintes ideológicos. Y si el apoyo a la república supone al apoyo implícito, explícito, tácito o simbólico a ciertas ideologías, entonces la rechazo. Muchos la rechazamos por eso.

En segundo lugar, llevo bastante tiempo viendo que quienes apoyan la república en España no creen en la igualdad entre ciudadanos con independencia de su origen. Unos hablan de fueros, otros de hecho diferencial, otros de derechos históricos. ¿De verdad es eso ser iguales con independencia de nuestro origen? Para pagar menos impuestos por vivir en Navarra, o tener distintas competencias de autogobierno por vivir en Sabadell, me vale que se corone a un tipo por apellidarse Borbón.

Con semejantes republicanos no voy a ninguna parte. No puedo creerles. Prefiero dejarlo todo como está a embarcarme con ellos en ningún proyecto.

Ofrecedme una república de la que tanto Aznar como Anguita puedan ser presidente sin el menor problema, y me apunto. Ofrecedme un república española de ciudadanos efectivamente iguales ante la ley, y allí estaré.