T ras 16 años de funcionamiento de la zona azul de aparcamiento en Zamora, cambian los sistemas de pago y suben los precios. Muy poco, en realidad, aunque a primeros de año volverán a subir, ya se anuncia, pero la verdad es que siguen siendo de los más baratos de España, sino los que más. O sea que de esto no podemos quejarnos aunque no faltarán quienes protesten. Tampoco de las plazas existentes, que son numerosas, más de mil, si bien es obvio que los conductores preferirían que fueran menos, muchas menos, y poder de esa manera tener mas lugares libres donde poder estacionar el vehículo, lo que muchas veces no es por pagar sino por la molestia de pagar.

Y en ese sentido es donde llegan los cambios y las novedades. Demasiados, seguramente y de golpe. Lo que ya ha originado, pese a las previsiones, quejas, colas y líos ante los parkímetros. Que son de nueva generación, o casi, y que sin desterrar del todo el procedimiento manual habitual para la obtención del ticket, tan sencillo, introduce nuevos métodos, modos y maneras, como el pago por tarjeta y hasta por el móvil. Aunque cabe suponer que la gente seguirá utilizando sobre cualquier otro el uso de las monedas. Por cierto, que al respecto, tampoco hubiese venido mal añadir un servicio más a la clientela, el del cambio, algo que a veces dificulta la operación si se carece de monedas menores de un euro. Ya puestos? En cualquier caso, el sacar la papeleta de la ORA supone más tiempo, dificultades e incomodidad que antes y los usuarios dejan oír sus quejas, con toda la razón y más.

Porque a partir de ahora hay que incluir el número se matricula del vehículo, algo absurdo que apenas se entiende cuando con el mismo ticket se puede estacionar en cualquier plaza de la zona azul. Y no solo para quienes paguen con tarjeta, o con el móvil cuando llegue el momento, lo que podría ser justificable, sino todos. No solo eso, pues además hay que seleccionar en el panel luminoso la forma de pago y el tiempo que se va utilizar el estacionamiento. Luego ya solo quedará esperar el papelito para colocarlo en el parabrisas, como antes, aunque se aclara que no tardando no será necesario, se entiende que merced a la adaptación de algún nuevo sistema electrónico, o así. Hay que modernizarse, aunque sea innecesario. Pues, no, lo que funciona bien no se toca y lo contrario es irracional.

A los usuarios no les gusta nada, sino que rechazan el nuevo sistema, complicado, lento y puede que dificultoso para algunos. Además, cuanto más complejos sean los dispositivos mas posibilidades tienen de fallar. Y no es que los viejos parkímetros que hemos tenido durante tantos años no fallasen de vez en cuando. Pero las cosas deberían tender a una utilización sencilla, fácil y cómoda por encima de los intereses empresariales y municipales. Y eso por mucho que la era de la electrónica se imponga a todos los niveles, aunque no haya de ello la menor necesidad ni obligación. El caso es actualizar, tener lo último, aunque funcione peor o de modo menos práctico que lo anterior. Esperemos que todo sea cuestión de acostumbrarse, lo que siempre cuesta. Pero los conductores no dejan de protestar.