El tiempo vuela, vuela muy deprisa, a veces de una forma huracanada, llevándose por delante todo lo que encuentra a su paso.

El tiempo, cuando pienso en el tiempo, solo me viene tu imagen a la cabeza, esa imagen que a pesar de haber transcurrido cinco años se hace presente cada despertar, esa imagen que siendo un recuerdo, es tan presente.

Ahora en la madurez de mi vida, me doy cuenta que esta rueda que es la vida, pasa dando las mismas vueltas que dio la tuya, todo es distinto, pero todo es igual, vivimos y sufrimos de igual modo, a pesar de circunstancias distintas.

Mi vida y la de mi familia cambió hace cinco años, ese fatídico día en que tú te fuiste, imagino que en muchas familias ocurrirá igual, porque la perdida de una madre es una frontera por la que hay que pasar y que ya no tiene marcha atrás, comienza otro territorio nuevo, a veces inhóspito.

Sé que si hay una vida nueva allí donde van las almas, tú estarás bien, porque te dedicaste en cuerpo y alma a los tuyos y te merecías un descanso feliz, donde el tiempo no cuente ni traiga vientos de sufrimiento, solo brisa de gloria. Por eso, a pesar de haberte perdido y echarte mucho de menos, tu recuerdo cada mañana me da fuerzas para seguir adelante.

Te echo de menos, te echamos de menos y ni cinco años, ni toda una vida,a pesar de todos los vendavales del tiempo, podrán borrar tu recuerdo, tú eres presente, estas presente, madre.

Dolores Caramazana Caramazana