El reparto de las áreas municipales no es una cuestión baladí: el peso de un concejal en el equipo de gobierno se mide, claramente, por lo que "pesa" el presupuesto que gestiona. De ahí que en las últimas semanas el reparto de concejalías entre el PSOE y IU en el Ayuntamiento haya traído de cabeza a los "alcaldes de Zamora", el Sr. Guarido y el Sr. Fagúndez, a propósito de la incorporación de una nueva concejala del PSOE. Un pulso de poder que finalmente ha ganado IU dejando a los concejales socialistas al frente de las áreas de menor peso político, lo que viene a confirmar lo que ya sospechábamos, que el PSOE ni "pesa" ni "manda" en un equipo de gobierno que por mucho que se empeñen en disimular, hace aguas.

La historia nos ha dado muchos ejemplos de que los pactos de izquierdas siempre terminan mal. Aquí, el tiempo va dando la razón a la historia. Sorprende como incluso en algunos asuntos de calado ideológico, como pueda ser el apoyo a las víctimas del terrorismo, Fagúndez y su gente se hayan posicionado con la izquierda más radical de esta ciudad. Lo que nos obliga a pensar que tal y como se va viendo, el PSOE acabará fagocitado por IU que no ganó las elecciones, pero gobierna por socialistas que llevan demasiado tiempo preocupándose más por sí mismos que por los zamoranos. A este tándem se unen con más evidencias que nunca los concejales de Ciudadanos, un partido que está obsesionado por hacer oposición a la oposición mientras un alcalde ávido por arrinconar al PP, los utiliza sin disimulo.

La remodelación del equipo de gobierno comenzó "cargándose" antes al interventor, ese "incómodo" funcionario cuyos informes llevan tiempo avanzando los habituales "atajos" que utiliza el alcalde en el cumplimiento de la Ley y que antes bien los utilizaba él para hacer la oposición al PP con promesas que ahora se le echan encima y de las que parece no acordarse.

En la tan demandada remodelación ha sido decisiva, aunque el alcalde lo niegue, el descontento general de la política de barrios llevada a cabo por un concejal sobrepasado y utilizado de "parachoques" por el alcalde frente a las múltiples críticas de asociaciones vecinales y colectivos sociales que no solo critican la falta de comunicación y sensibilidad con los vecinos, sino que también lo hacen con el abandono que sienten de los barrios de la ciudad.

No ha podido más el Sr. Guarido al entender que se le echaban encima aquellos que frecuentemente le recuerdan que "los barrios de la ciudad le dieron la Alcaldía, y los mismos se la pueden quitar" y ha decidido reconocer finalmente la nefasta gestión que el concejal Strieder ha hecho en estos dos años y medio.

Pero parece que salimos de Guatemala y nos metemos en Guatepeor. Resulta que, si antes el concejal de barrios estaba sobrepasado, la política de barrios la va a llevar la Sra. Rivera, que además de llevar el área de Personal, Intervención, Asesoría Jurídica, Cooperación al Desarrollo, Registro General, Secretaría, Tesorería, Vicepresidencia de las mesas de contratación, es también teniente de alcalde, diputada y portavoz de IU en la Diputación Provincial, institución en la que está liberada por su grupo y de la que recibe su sueldo de 40.000 euros anuales. No dudo en absoluto de la capacidad de la Sra. Rivera para asumir tantas y tan importantes responsabilidades, tan solo me pregunto si tendrá algún "rato" a la semana, para dedicarle a los barrios de esta ciudad que necesitan concejales a tiempo completo y no que trabajen solo de mañana y de lunes a viernes.

No obstante, los vecinos tienen la última palabra y sabrán valorar si el alcalde acierta o no.

(*) Viceportavoz del PP en el Ayuntamiento de Zamora