Los rusos dicen que no. Que no es cierto eso de la injerencia rusa en Cataluña. Eso dicen ellos para justificarse. Porque lo cierto es que en Estados Unidos, cuando el duelo Trump-Clinton, el Kremlin tuvo mucho que ver en el resultado final. Querían que la balanza se inclinara a favor de Donald y así ocurrió, los votos, los líos los chanchullos hicieron el resto. Para Putin era y es más cómodo Donald Trump que Hillary Clinton más en la línea de los antisoviéticos americanos.

Rusia ha sacado pecho y advierte a España que las acusaciones de injerencia en Cataluña perjudican las relaciones de ambos países. No les queda otra. Lo cierto es que una televisión pagada por el Kremlin ha tenido como primer invitado al ex presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont. El programa en cuestión lo presenta el ex primer ministro escocés Alex Salmond, defensor de la salida de Escocia del Reino Unido, por lo tanto separatista.

Un separatista entrevistando a otro separatista en una cadena financiada por el Kremplin. Blanco y en botella, ¡leche!. Lo mismo hay quien todavía alberga serias dudas de que esa injerencia sea real. Algo saben los servicios de inteligencia españoles, por mucho que no se quiera profundizar más en el tema. En Estados Unidos el binomio Trump-Putin, no termina de gustar a toda la ciudadanía, excepción hecha de esos yanquis que son el arquetipo del rebelde barbudo y melenudo, tatuado hasta en las cejas, perteneciente a la todopoderosa Asociación del Rifle, que le gusta liarse a tiros y no siempre contra un bote de jugo de tomate Campbell.

Europa tiene un grave problema con Rusia. Y esto no tiene que afrontarlo sólo España. Es cosa de toda la UE. Porque si el candidato a presidente del país que sea, no es del agrado del Kremlin, Rusia va a seguir haciendo lo que le dé la gana, quitando y poniendo, influyendo en la opinión pública, mandando en diferido. No sé si Puigdemont estará consiguiendo algo con estas movidas, lo que sí sé, es que no se está arrimando al árbol que mejor puede cobijarle.

Puigde se muestra desafiante y va de ganador. Puede que al final de la campaña catalana se presente en España para liarla más, porque este felón, este sedicioso tiene que ser detenido allí o aquí y puesto a buen recaudo en la cárcel de Estremera que es la más moderna que tenemos. El daño que el catalán intenta hacerle a España se tiene que volver por fuerza contra él. Lo que no se entiende bien es lo que está haciendo la In-Justicia belga. Parece que no fuera un país miembro de la UE. Assange también ha entrado en escena. Eso nos puede poner en la pista o como poco orientarnos sobre los movimientos que realiza el ex presidente catalán. Se está llenando de mierda en su afán por internacionalizar su caso, no el caso de Cataluña puesto que Cataluña no son solo los independentistas.