Q ue sí, es verdad que se están haciendo verdaderos esfuerzos para que Zamora no se muera. Los expertos dicen que agoniza aunque también es verdad que mientras hay vida, hay esperanza. Agarrarse a esa esperanza es de vital importancia si queremos salvar a quien algunos pretenden considerar ya cadáver. Espero y deseo de corazón que estemos a tiempo. En Zamora se tiene la fea costumbre de pisar el acelerador in extremis. Tres cuartos de lo mismo ha ocurrido con el Mercado de Abastos. Se viene reclamando hace años la atención preferente del Ayuntamiento en concreto y del resto de instituciones para un edificio emblemático, para el continente y sobre todo para el contenido, con nula suerte. Ni puñetero caso. Muy buenas palabras de unos y de otros, pero hechos, ninguno.

Ahora se ha hecho eso de la "lechuga", pero como se mustie sin que se realicen más actividades, sin que se sume, en lugar de restar o dividir como se viene haciendo, el Mercado volverá a caer en el ostracismo. Y es una pena porque es una joya que se ha ido vaciando de quilates hasta quedarse en lo que ahora es. Vamos a empujar todos en la misma dirección y a ver si de una pajolera vez conseguimos sacar del chapapote en el que se hunde a esta Zamora de nuestros amores.

En eso los fallos son estrepitosos. Porque, a ver, no se puede nombrar a un representante del comercio que tenga enfadados o casi a buena parte de los comerciantes de Zamora, por su inacción y por su incapacidad manifiesta para luchar por aquello que le ha sido confiado: el comercio de Zamora. No el que llega de fuera, que también, por el que tiene que mirar, por el que tiene que luchar a brazo partido es por el comercio de esta tierra nuestra tan en baja forma que casi se cuentan con los dedos de ambas manos los que en verdad tienen marchamo netamente zamorano.

No se puede llegar de nuevas y en lugar de informarse y preguntar como hace el que no sabe, dedicarse al dolce far niente y a posar en cuantas más fotos mejor. Los dirigentes de lo que sea no tienen que estar preocupados por salir con tanta asiduidad en la foto, por estar allí donde haya una cámara. Mal asunto cuando no saben hacer otra cosa que promocionarse a sí mismos. Hay dirigentes empresariales que salen más en la foto que el mismísimo alcalde.

Zamora es cosa de todos, no de unos pocos. Sólo que a la hora de remar, unos empuñan el remo y bogan y otros se quedan de miranda porque resulta más cómodo, menos trabajoso. La cosa no es así. Quizá por eso, así le va al comercio de Zamora, de mal en peor, no tiene líderes con la capacidad necesaria para sacar al comercio de esa espiral de cierres en el que se ha sumido la mayoría. Azeco no puede ni debe limitarse a realizar costosas campañas en las que unos pocos ganan mucho y el resto lo pierde todo.