Esta vez no tenía intención de hablar de la que se ha liado en Cataluña con la ruptura política y sobre todo social entre los españoles de Cataluña y los catalanes de España, y los presos políticos y políticos presos: todo un Govern democráticamente elegido en la cárcel o en busca y captura, y otros como Joan Josep Nuet de EUiA -la IU de Cataluña- amenazado con el ingreso en prisión por votar en contra de la independencia en una sesión parlamentaria tan legal que nadie ha impugnado, a la que asistieron todos los parlamentarios catalanes, hasta que algunos la abandonaron voluntariamente.

Nuet que como todos los compañeros de IU es de los que da la cara, ha votado en contra de la independencia de Cataluña enseñando su voto, y ha criticado que el President o "ex" Puigdemont no comparezca ante la justicia, porque su actitud puede haber inducido a que la jueza dicte prisión preventiva pensando que todos iban a escaparse a Bruselas.

Al final puede que los que han pisado por el Parlament en los últimos tiempos y han osado votar, vayan "Todos a la cárcel", como en el guión de la película de Berlanga para conmemorar a los presos políticos del franquismo, pero sin conmemoración, sin gracia, y no podemos decir que sin franquismo, porque todo vuelve y más si es malo. Porque "vendrán más años malos, y nos harán más ciegos, y nos harán más tristes, y nos harán peores" - según escribió Sánchez Ferlosio.

Y ya no voy a seguir hablando de Cataluña, porque el PP que ha liado junto con los independentistas la madeja catalana, no contento con montar el lío en esa Comunidad, pretende enredarla en el ayuntamiento de Zamora, intentando tirar del hilo de la madeja para acabar tejiendo en punto bobo, que no es un insulto sino el más simple de los tipos de punto de lana.

Lejos del fino encaje de bolillos, uno de los concejales del ayuntamiento zamorano más histórico del PP, "de cuyo nombre no quiero acordarme", desde un rincón de la oposición ha decidido desfacer entuertos, y no ha dudado en cambiar el digno nombre de la Casa de las Panaderas -donde él mismo y sus antecesores hicieron panes como hostias con estafas como los cinco millones de euros del inexistente nuevo edificio municipal- por el de la serie televisiva "La casa de los líos".

Han intentado elevar la anécdota a categoría, calificando de profunda crisis de gobierno municipal la constatación de tres hechos que ni son, ni aunque fueran pasarían de la mera anécdota.

El lío más gordo de la "historia más grande jamás contada" ha sido el de la contratación por urgencia del alquiler de tres váteres y uno más para personas con discapacidad para el mercadillo de los martes, en una zona donde no hay apenas servicios administrativos ni de hostelería. Es verdad que el celo y la precipitación de un funcionario llevó tal hecho a la fiscalía como si se tratara de un delito penal, pero el PP no dudó en liarse la manta a la cabeza para acusar al concejal de Comercio de cometer tamaño delito para que los usuarios del mercadillo utilicen unos servicios portátiles que, justificada la urgencia del inicio, han cumplido todos los preceptos administrativos.

Tras el archivo del delito inexistente, han quedado atrapados en su propia red, y no me estoy refiriendo ni a la Púnica, ni a Lezo? ni a la Gurtel en la que, mientras liaban la madeja catalana, se ha definido por la Fiscalía Anticorrupción como "abrumadoramente acreditada" la existencia de una caja B en el PP ¡Ahí sí que hay lío!

Siguieron tirando de la madeja para tejer en punto de garbanzo la política del mismo nombre -garbancera- sobre si el IBI subía o bajaba entonando como las hilanderas canciones populares: "Arriba, abajo, que a mi novia le he visto el refajo; abajo, arriba, que a mi novia le he visto las ligas", cambiando "mi novia" por "el alcalde". Pero tras demostrar que lo que baja, ¡baja! -el porcentaje del gravamen municipal- y que lo que sube ¡sube! -el valor catastral que aumenta el gobierno del PP- la madeja se deshizo.

No contento el ínclito concejal con ver deshilachado el lío que con tanto interés estaba tejiendo a punto bobo o a punto garbanzo, intentó con el punto elástico estirar la madeja todo lo posible para llegar hasta acusar al ayuntamiento de oscurantismo, todo porque un coche municipal había sido multado por la policía también municipal. Puede resultar paradójico, pero no puede ser más transparente: la multa, lejos de ser escondida, ha ido creciendo como si de un ciudadano cualquiera se tratase, pese a ser de la misma institución. El punto elástico del concejal se rompió en sus manos sin que llegara a razonar que pagar una multa y cobrarla por el mismo ayuntamiento no ponía en peligro la economía municipal.

Y es que algunos se hacen un lío al intentar interpretar con sus líos de tantos años, lo que es un intento de crear un tejido social y político compartido y justo.

Mientras el concejal del PP sigue cual Penélope tejiendo una red de acusaciones contra el gobierno del Ayuntamiento de Zamora que deshacen los hechos a la luz de la verdad, en los tribunales entran y salen los políticos de este partido que tramaron las mayores redes de corrupción para quedarse con el dinero público, a la vez que congelaban los sueldos y reducían los derechos de los trabajadores.

No podemos menos que sospechar que lo de Cataluña no sea una red más, trabada y tramada para ocultar la corrupción política que tanto indignaba a los trabajadores españoles y a los catalanes antes de que la agenda política se desplazara casi exclusivamente hacia Cataluña.

En la cárcel están los presos políticos que han ingresado por sus ideas. Los políticos presos por corrupción en la cárcel son una excepción.