La Patafísica existe, por extraño que nos parezca, y si no existiese, se debería inventar de nuevo, porque está de rabiosa actualidad y siempre ha sido una puerta abierta para explicar realidades perogrullescas, que nos desvelan hasta dónde puede llegar la degradación del poder y de la política con los radicalismos o la sublimación de las tiranías, resumidas en ese enaltecimiento enfermizo y unidireccional de las cualidades o méritos universales de una persona o cosa.

La Patafísica se basa en todo lo que es opuesto y anormal, y las reglas son lo extraordinario y lo que explica la anormalidad. Se inventó la patáfora, muy usada por gobernantes de todo signo y condición, una especie de metáfora que describe el absurdo de un supuesto basado en un supuesto o el absurdo de una especulación basada en una especulación.

Estamos imbuidos en estos tiempos en un bucle de patáforas.

La Patafísica, aunque nació en 1890 en Francia, tiene su origen en un hecho histórico muy antiguo. El rey de los escoceses en 1040 se llamaba Macbeth, se educó en un monasterio en el que fue recluido por sus padres con 7 años. Su madre era la hija del rey Malcolm II.

A su muerte, a este soberano le sucedió su hijo, el cual murió unos años más tarde en una batalla. En ese momento fue elegido Macbeth como rey de Escocia, y gobernó en paz y en orden el país durante 14 años.

Vivió enfrentamientos y conspiraciones familiares y con otros gobernantes para derrocarlo y murió en la batalla de Lumphanan en 1057.

Siglos más tarde, en 1602, Shakespeare adaptaría este hecho en su tragedia Macbeth, donde expone de manera magistral los estragos que produce la ambición política en todos aquellos que sólo buscan el poder por sí mismo.

Fue a fines del siglo XIX cuando un autor surrealista, se sacó de la manga, como si fuera un "prestidi-agitador", una saga dramática, cuya primera obra la tituló Ubú Rey. (La primera representación se hizo en un teatro de títeres).

Se estrenó en el Théâtre de L'Oeuvre de París y con ella el autor inauguró el llamado Teatro del absurdo. La obra empezaba con una palabra "MIERDA" como símbolo del personaje Ubú y de lo que simbolizaba, un ambicioso con ansias de poder desmesurado. El público se dividió en dos bandos irreconciliables y aquello acabó de mala manera. (¿De qué me suena esto?). Al unísono se oían los aplausos, los vítores junto a los abucheos y los pitidos, el público se dividió en dos bandos irreconciliables. Y aunque allí sólo se representó dos veces, fue el inicio de un cambio radical en la forma de concebir no sólo el teatro, sino también la vida. Grandes patafísicos, nombrados por el Colegio de la Patafísica, fundado en 1948, han sido entre otros, Ionesco, Jean Genet, Joan Miró, Umberto Eco o Arrabal. Me faltan Groucho y Zampo, pero todo se andará.

Ubú Rey era novedosa no sólo por la manera de representarla de forma esperpéntica y caricaturesca o por la crítica despiadada hacia lo innoble del poder político y del gobierno, sino también por el irreverente lenguaje utilizado, por la imitación de las grandes máscaras de la tragedia griega, por la gestualización, el vestuario y un largo etc. Después les siguieron muchos otros Ubús: Ubú en la colina, Ubú cornudo, Ubú encadenado?

Pero aquí, el que más nos interesa es el Ubú rey.

(No me invento nada y ahí va el argumento). Trata de un tirano, panzudo, cobarde y ambicioso, capitán de un ejército polaco, llamado Ubú, ex rey de Aragón (como suena, no de Cataluña, sino de Aragón)) y doctor en Patafísica. Bueno, la que gobernaba en realidad era su mujer, que fue quien lo animó a derrocar al rey de Polonia, con ayuda de su capitán Bordura y de su ejército con los que asesinó a la familia real. Tras la victoria instaló la tiranía, pero afortunadamente el hijo del rey polaco, Pelelao, pudo escapar y el zar ruso lo ayudó a reconquistar su país.

Mientras tanto, Ubú se dedicó, siempre presuntamente, a subir los impuestos, a obligar a rotular los carteles única y exclusivamente en su idioma, a fanatizar a través de un sistema educativo mediatizado por la política, a castigar a pequeños y grandes comerciantes a banqueros a funcionarios, a familias enteras, que acabaron huyendo despavoridos del país? (no, esto es otra historia que me ha cruzado por la mente). Al final Pelelao vence a Ubú y este escapa de Polonia en barco con su mujer.

Ha tenido numerosos seguidores desde entonces, pero para mí el mejor ha sido Albert Boadella con su Operación Ubú. Ya saben que se tuvo que autoexiliar de su Cataluña natal por no poder soportar todo lo que se critica en la obra de Jarry.

El hizo una autopsia de la sociedad catalana y de la política que ha desembocado en esta situación insostenible. La acción se desarrolla en Cataluña y escogió a un gobernante conocido como el "Excels", algo así como el Honorable, como personaje principal para destacar su crueldad, ambición y ansia de poder.

La trama se centra en un tic del protagonista tomado de la realidad. Un tic a modo de tosecita incontrolable que no puede reprimir, lo que le hace consultar a un psiquiatra.

Desde el principio se ven los enjuagues de un gobierno que es mejor que Uds. lo aprecien con sus propios ojos, se puede acceder por Youtube a muchos de los sketchs de la obra y ninguno tiene desperdicio.

Es de destacar el del asesinato de banqueros y la confiscación de bancos, salvo la Banca Catalina, que se salva, por ser amnistiada por el Honorable.

Se demuestra con todo ello que estos escritores han sido unos visionarios, se han anticipado a la realidad porque se han parado a observar lo absurdo de una especulación basado en una especulación.

En una entrevista que concedió Boadella tras una representación de su obra afirmó: "El Ubú-Excels penetra diariamente en nuestra intimidad y, amparado por su cargo, reprende, aconseja, amenaza, moraliza y pontifica a todo un pueblo de seny (sensatez). En una palabra; nos explica cómo tenemos que orinar los catalanes".

En una actuación del gran Boadella, también recogida en Youtube, cita esta famosa frase de un Filólogo Pujols, con s, Pujols: "Llegará un día en que por el sólo hecho de ser catalán podremos ir por el mundo paseándonos con los gastos pagados".

Se demuestra con todo ello que estos escritores han sido unos visionarios, se han anticipado a la realidad porque se han parado a observar una y otra vez lo absurdo de una especulación basado en una especulación y nos avisan y previenen sobre estos farsantes que nos llevan por donde quieren y nos dividen y enfrentan sin que nos inmutemos. Ya es hora de cambiar. Es bueno seguir la obra de Jarry y las representaciones de Boadella. Son lecciones que no debemos olvidar, para entender en toda su extensión las soluciones imaginarias de los opuestos de todos estos tipos que se meten a vivir de la política y no a ejercerla para mejorar la vida de los ciudadanos para que podamos disfrutar en convivencia pacífica de una democracia a la que con tanto esfuerzo nos ha costado llegar.