Duele ver las imágenes de los incendios de estos últimos días. Y duele el doble sabiendo que la mangitud de la catástrofe es debida a la mano del hombre, que a sabiendas de las condiciones adversas prende el monte de manera deliberada. Duele el doble porque arden zonas rurales , incomunicadas, con bajos recursos y abandonadas desde hace tiempo por la Administración. Duele el doble porque "aquí no vino nadie, si no es por los vecinos no lo contamos" . Duele el doble porque existen víctimas humanas. Duele el doble por la impotencia , duele el doble por la falta de humanidad y el derroche de solidaridad. Duele el doble porque se veía venir. Duele el doble porque nos hemos visto en parecidas pero ninguna como esta, y así año tras año. Duele una Ley de Montes que no contenta a nadie , duele un abandono de las zonas naturales a su suerte y las limitaciones a quien intenta apagar los fuegos en invierno. Duele porque no existen as meigas.

Este fenómeno requiere una intervención eficaz, la condena firme a los responsables y un cambio de visión con el bienllamado terrorismo ambiental. Rafael Calduch define el terrorismo como una estrategia de violencia política implementada por grupos organizados con el propósito de alcanzar sus demandas. Cada cual que saque sus conclusiones pero no estaría de mas recordar el proverbio gallego "Mexan por nós e hai que dicir que chove", y que llueva, por favor.

Elsa Fernando Lozano