Aestas horas ya se conocerá la respuesta última del líder del separatismo catalán al definitivo requerimiento del Gobierno de la nación para que Puigdemont aclarase, como paso previo a la aplicación del articulo 155 de la Constitución, si declaró ante el Parlament regional la independencia de Cataluña y luego la suspendió para ganar tiempo en busca de un dialogo imposible desde cualquier postura que no sea el acatamiento a la legalidad y a las decisiones de los tribunales de justicia. Puede que el presidente de la Generalitat ni siquiera haya respondido tras hacerlo el lunes, sin contestar, insistiendo en negociaciones y puede también, que es con lo que se cuenta, que haya reiterado una respuesta similar. Cabía incluso una marcha atrás de burda manera como una añagaza más dentro del entramado de la farsa. O que presionado por los otros grupos secesionistas hubiese dado el postrer paso en su loca huida hacia adelante dando por declarada la hipotética independencia de aquella comunidad autonómica española.

Salvo en uno de los supuestos, el referente a dar marcha atrás y renegar de la declaración, todos los demás daban y dan ya vía libre a las medidas contempladas por el 155, aunque tampoco cabe esperar que el Gobierno de Rajoy adopte de inmediato actitudes drásticas, porque para ello hay que cumplir trámites parlamentarios antes. Además, el PSOE, socio eventual en esta decisión de caer sobre los golpistas con todo el peso de la Constitución, aboga por formulas progresivas y moderadas. Solo C´s exige firmeza en la aplicación de la ley, una urgencia necesaria para acabar de una vez con una crisis tan larga como peligrosa. Parece ser que a la destitución de Puigdemont y su Govern le seguiría el relevo de su jefe de Mossos, Trapero, mientras las fuerzas policiales catalanas pasaban a depender por completo de los mandos de Madrid. También se cree que podría ser la vicepresidenta Sáez de Santamaría, quien pasase a presidir la Generalitat para la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones, y si no ella, una comisión gestora o un político del PP más relevante que el delegado del Gobierno en la región, el tal Millo, que ya mostró su debilidad pidiendo perdón en la sectaria TV3 por la actuación de las fuerzas del orden nacionales al reprimir los disturbios ocasionados por los separatistas.

Mientras, las calles catalanas han vuelto a las protestas, tras el justo encarcelamiento de los jefes de la ANC y de Omnium por delito de sedición. Omnium es una asociación que se presenta como una opción cultural pero que lo mismo que la Asamblea Nacional Catalana, de reciente creación, se dedica solo a hacer labor proselitista y activista en favor de la soberanía. A Trapero le han dejado en libertad condicional por ahora, pero la Fiscalía quiere verle entre rejas por la pasividad de los Mossos el 1-O. Los secesionistas y Podemos dicen que hay presos político en España, pero desde el Gobierno se precisa que no son presos políticos sino políticos presos, con imputaciones judiciales de muy graves delitos a sus espaldas. En una encuesta en todo el país de hace unas pocas fechas, el 68 por ciento de los consultados quería ver en prisión a Puigdemont. Estamos en el día D hora H del 155.