Es terrorismo puro y duro el que lleva el sello de los pirómanos, de los asesinos que orquestadamente prenden la mecha donde más daño pueden hacer. Es terrorismo puro y duro porque además del patrimonio de todos que es el monte, se llevan por delante haciendas y vidas. Estos días en Galicia y Asturias, estamos viendo impotentes cómo se lucha contra el fuego que la mano asesina del hombre ha provocado. Y no es uno solo. Están organizados. Saben dónde, cómo y cuándo encender la pira monumental que cuando esto escribo se ha llevado por delante la vida de cuatro personas y el futuro de muchas más a las que ha dejado sin hogar y sin el vehículo que les servía para trabajar.

La Policía y la Guardia Civil tienen mucho que hacer al respecto. Investigar y localizar a estos terroristas y cuando los pongan en manos del juez, por favor que no les apliquen la ley del embudo, lo estrecho para las víctimas lo ancho para los victimarios. Tienen que aplicar condenas ejemplarizante, condenas que disuadan a esta gentuza sin escrúpulos. Menos buenismo con esta caterva de terroristas que desgraciadamente han existido siempre. Terroristas sí, porque como Eta, Grapo y Frap también matan a seres inocentes y les importa un bledo.

A los zamoranos nos tocó muy de cerca el pasado verano y sabemos sobradamente de qué hablamos. No es la primera vez que lloramos, no es la primera vez que sufrimos, no es la primera vez que el fuego asesino nos enciende y clamamos justicia. Si la sospecha es fundada que se proceda a la detención y que caiga sobre el asesino toda la fuerza de la Justicia, sin remisión posible en la condena, sin ningún tipo de indulgencia con quienes no la han tenido con vidas y haciendas. Es que, de golpe y porrazo, Galicia se juntó con 105 incendios activos. Y no surgen por combustión espontánea, detrás hay mal llamadas personas que viven del dolor ajeno, que disfrutan con el dolor ajeno.

El fuego en Galicia se encuentra en una situación de riesgo real para la población en al menos nueve puntos repartidos en las cuatro provincias gallegas. Y sabido es que cuando Galicia se constipa, Castilla y León, estornuda. Quiero decir con ello, que León también se encuentra en peligro. Y si no se puede acabar con esos fuegos, Zamora puede ser la siguiente.

El vecino Portugal también está siendo castigado duramente. Este año es malo de solemnidad en cuanto a catástrofes se refiere. Y el fuego es la peor de todas ellas, sólo que no es una catástrofe natural, es la mano del hombre quien propicia la destrucción, la que convierte la tierra en un infierno. Lo que hacen esos canallas es terrorismo. Que les apliquen la ley antiterrorista, con un procedimiento penal que, de por vida, les impida salir del trullo. Fuegos, nunca mais, por favor.