No es mi intención con este artículo glosar la figura del ganadero de reses bravas Victorino Martín, fallecido recientemente y que los críticos taurinos han sabido resaltar la importancia de su legado en la historia de la tauromaquia y que creo que todos los aficionados estamos completamente de acuerdo con sus apreciaciones. Se dice que recordar es vivir. Y yo quiero revivir en estos momentos una visita a su ganadería en la provincia de Cáceres hace ya unos años. Allí nos fuimos una gran parte de socios del Foro Taurino de Zamora. La visita pudo llevarse a cabo gracias a las gestiones de Luis Miguel Alcón (presidente entonces del Foro). Unos cuantos expedicionarios, previa a la visita, pernoctamos en Coria y Luis Miguel Alcón que es natural de Coria nos hizo magistralmente de cicerone para enseñarnos esta bella localidad cacereña.

La visita a su ganadería me impresionó. Ver sus toros tan cerca en una gran dehesa magníficamente cuidada, sus instalaciones y por supuesto las atenciones de Victorino (padre e hijo) con los socios del Foro Taurino de Zamora. Pudimos asistir también a un tentadero de vacas donde imperaba el silencio y que ese silencio se rompía con la voz del ganadero para dar las instrucciones oportunas al torero que estaba en el ruedo. Después comida en su finca con una magnífica sobremesa. Para terminar con la visita al Museo que guarda recuerdos, carteles y trofeos que la ganadería ha conseguido en su dilatada trayectoria.

Victorino Martín seguro que desde el cielo seguirá dando consejos a su hijo para que sus toros sigan siendo admirados por los aficionados.

Alfonso Pablos Flórez