Ada Colau ha hablado, como de costumbre, mintiendo y diciendo, entre otras lindezas, que "el presidente del Estado envío a miles de policías con la consigna de explayarse y encarnizarse con una población indefensa". ¡A otro perro con ese hueso! La indefensa población catalana que yo he visto en distintos videos, no se quedaba corta, se lio a pedradas con las fuerzas del orden y levantaron a la altura de los cataplines de la Policía española sus catalanes pinreles para asestarles buenos puntapiés. Si eso es estar indefensos, que baje Dios y lo vea.

Sobre la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, me quedo con las palabras del escritor y periodista español, Arcadi Espada, nacido en Barcelona y catalán de pura cepa. Arcadi no se ha mordido la lengua, dejándolo bien claro y sin complejos. "La ejemplar labor de la Policía española impidió ayer cualquier conjetura de verosimilitud del presunto referéndum e hizo algo más importante: encarnar el poder y la razón democrática. Además, hubo de bregar con los colegas desleales. La Policía autonómica catalana se ha convertido en el cuerpo de seguridad privado del secesionismo. La de la Policía Nacional fue una acción de fuerza y no de violencia".

Por eso no podemos dejar que empiecen a colarnos desde el día después la historia esa inventada por el nacionalismo y sus figurantes sobre la brutalidad policial empleada por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. No nos dejemos intoxicar por los intoxicadores de oficio y beneficio. Las cifras de heridos las ha aportado la Generalitat, sospechosa de manipulación. Lo ocurrido el 1-O en Cataluña fue vergonzoso, pero no a causa de la actuación policial, sino de la representación orquestada por el nacionalismo. Han mentido en todo. Han engañado más allá de lo aceptable. Se han montado un teatro en la calle al que no podemos permitir que saquen rentabilidad alguna.

Ni las palabras ofensivas, ni las palabras hirientes de la Colau que destilan odio de la A a la Z, ni las lágrimas de cocodrilo de Piqué, ni la pretenciosidad de Bartomeu, ni la cara de susto de Oriol Junqueras ni la de bobo de Puigdemont. Lo realmente deleznable, lo realmente perverso es que la Colau, por muy alcaldesa de la Ciudad Condal que sea, se haya descolgado denunciando que hubo "agresiones sexuales" por parte de agentes en la Barceloneta, así como "ensañamiento" por parte de la Policía en las cargas. Vamos que después de arrear estopa, tuvieron tiempo de bajarse la bragueta de esos uniformes que son como corazas y dedicarse a agredir a todas las chicas que se ponían a su alcance. Eso es denunciable.