Como en Siria o como en cualquier país del orbe islámico donde reina o pretende reinar el Daesh, en la Cataluña de Puigdemont también, algunos padres que dejan mucho que desear como tales, subieron a sus hijos pequeños a los hombros frente a la Policía y a la Guardia Civil, para luego dramatizar lo que el pobrecito pueblo catalán tiene que soportar de las 'fuerzas represoras' españolas, en caso de carga. El 'buen' padre pone al pequeñín por delante para que se lleve los mamporros si es que hay alguno, y luego a mostrarlo a las cámaras y seguir despotricando, mintiendo y dividiendo. ¡Joer con el padre!

Y por si fuera poco, aprovechando que el río bajaba revuelto, Miquel Iceta, ese líder tan extraño del socialismo catalán, del que nunca sabemos si va o viene, si va por libre o viene siguiendo los dictados de Ferraz, sale a la palestra para decir una serie de barbaridades imperdonables. Puso en el mismo plano al Gobierno de España y a los sediciosos, a los que han querido perpetrar un golpe de Estado a la catalana y todavía no han sido castigados como lo fueron Tejero y compañía. Iceta se cree el rey del mambo, el salvador de la patria catalana y reparte mandobles sin saber si mata o espanta. A mí, este tipo no me gusta.

Policía Nacional y Guardia Civil, estaban respaldados por la democracia, por el Estado de Derecho, por la Ley, por el Orden, los independentistas no. Sin embargo, Iceta y el PSC parecen no querer enterarse. A este tipo le importa un huevo parcelar España más allá de las diecisiete parcelaciones que ya soporta. Iceta sabe sobradamente lo que está pasando en Cataluña, lo vive, lo disfruta o lo sufre, nunca lo sabremos con claridad, en primera persona, por eso, poner en el mismo plano de responsabilidad a Mariano Rajoy y a Carles Puigdemont es como poco injusto y deleznable.

Es probable que el Gobierno de España también haya cometido errores, no tan garrafales como el Govern de Cataluña que mandó a los padres poner a sus hijos como escudos humanos, entre otras cosas, pero las responsabilidades no se pueden ni se deben repartir a partes iguales. Iceta tiene que cambiarse las gafas y por lo tanto las dioptrías, urgentemente. Iceta tiene que tomar partido o por la democracia o por la sedición, esa ambigüedad suya da que pensar. A río revuelto, ganancia de pescadores, y en el río catalán todos quieren pescar a ver quién se alza con la mejor pieza, la del gobierno de Cataluña.

Que no pasa nada por ser catalán y español. Que les ha ido toda la vida muy bien, con más sinecuras que perjuicios. La Ley y el Orden hay que respetarlas para llamarse demócratas. Y ni Mossos, ni Govern, ni independentistas han estado a la necesaria altura democrática.