Todas las fuerzas políticas que calientan escaño en el Congreso de los Diputados, clamaban por un Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Pues bien, habemus Pacto. El Pleno del Congreso lo ha aprobado con el voto a favor de todos los grupos, excepto Unidos Podemos y EH Bildu, que, como no podía ser de otra forma y con tal de llevar la contraria, se han abstenido o lo que es igual, no lo han apoyado. Sin embargo en cuanto una mujer es víctima de esta desgraciada violencia, las podemitas y los podemitas, salen a la palestra a gritar, a despotricar contra el Gobierno, a pedir su particular ¡basta ya! que siempre es interesado, con el que buscan la necesaria rentabilidad.

El documento en cuestión, que no es ninguna tontería, contiene 213 medidas consideradas imprescindibles para acabar con semejante lacra. La formación morada y los otrora amigos de los terroristas de ETA, es decir, Bildu, han decidido no apoyar este documento al considerar que no hay calendario ni presupuestos que puedan garantizar su ejecución. No lo saben, lo creen y si con la abstención hacen más ruido, mejor para ellos y, repito, para sus intereses. No tardarán en rasgarse las vestiduras. En cuanto algún animal decida acabar con la vida del que Dios uno y trino o el concejal de su pueblo le entregó por compañera.

Con los Podemos nunca se va a poder contar. Ellos van a su bola que nada tiene que ver con la bola común del resto de españoles. Nada que haga o diga el Gobierno de España, por bien dicho y hecho que esté, obtendrá el respaldo de esta gente. Y todo porque el Gobierno es del Partido Popular. Si fuera de Batasuna, de la CUP o de la Esquerra Republicana de Rufián, por descabellado que fuera, contaría con el apoyo de estos chiquitos tan díscolos, tan traviesos, tan suyos, tanto, tanto, que nunca podrán ser de los demás, por mucho que los demás constituyan una mayoría aplastante.

Con los Podemos hay que andarse con cuidado. Nunca se sabe dónde la van a clavar, habitualmente en la espalda, o sea a traición. A estos les importa un bledo la unidad de España y el bienestar de los españoles. Ellos van a crear un país a imagen y semejanza de Irán, Cuba o Venezuela y con ello pretenden entrar en la historia por la puerta grande. Lo harán algún día por el portillo de la traición. El Pacto de Estado que no han querido suscribir contará con un presupuesto de 1.000 millones de euros, que no es moco de pavo, para los próximos cinco años. O sea, qué sí hay presupuesto para garantizar su ejecución. Y también hay calendario. Así lo han visto y entendido el resto de formaciones, salvo estos chicos que ni oyen, ni ven, ni entienden.