T omás María Garnacho, cuando era vicepresidente de la Comisión de Monumentos, en el año 1877, con ocasión de la sesión inaugural del Museo Provincial de Zamora se dirigió a S.M. el Rey Alfonso XII con un discurso de contenido elogioso de los monumentos de estilo románico que hay en nuestra ciudad, asegurando que es la más rica en ellos de Castilla, descollando algunos por su pureza y buena conservación como la iglesia de san Claudio de Olivares, que se libró a últimos del siglo X de la destrucción que llevó a cabo Almanzor. Santiago del Burgo, preciosa basílica, decía el orador, de tres naves del siglo XI, y la bellísima iglesia de la Magdalena, joya inapreciable de finales del siglo XII; así como la magnífica Catedral con la cúpula bizantina, que aunque fundada por entonces, indica ya en los nervios de sus bóvedas y en el corte de sus arcos la transición de aquella majestuosa arquitectura, que hubo quienes malamente llamaron bárbara, a lo ojival, que impropiamente denominaron gótica.

Continuaba Garnacho explicando al Rey que Zamora es un vasto museo del arte románico-bizantino, y que carecía de un local donde poder conservar cuidadosamente los fragmentos arqueológicos y los restos del arte antiguo que todavía existían dispersos en varias localidades de la provincia, motivo por el cual se inauguraba el Museo.

Aquel Museo que inauguró el Rey Alfonso XII, el día 11 de septiembre de 1877, estuvo ubicado en la calle de Santa Clara en el espacio que hoy es la plaza de Castilla y León. El Museo Arqueológico Provincial está en la actualidad en la Plaza de Santa Lucía ocupando el edificio que fue Palacio del Cordón y la propia Iglesia de Santa Lucía.