No es el PSOE, es Pedro Sánchez quien no es fiable. No tiene nada claro el sentido de unidad de España. Bandea y se equivoca. Alinearse con Podemos y con los nacionalistas no creo que sea lo que de él esperaban infinidad de socialistas que lucharon, cuántos de ellos dejando en prenda la vida, por esa España unida, fuerte, alejada de los extremismos y ejemplar en su transición a los ojos del mundo. Con Pedro Sánchez nunca se sabe. Aferrado al No, el Sí no es una palabra que entre en sus compromisos políticos y en sus planes. Su nación de naciones da lugar a muchas dudas. Y con sus respuestas sólo demuestra tener un desconocimiento absoluto de la historia. Los que intentaron aplicar el sentido común perdieron y el Psoe de Sánchez vuelve otra vez a escorarse a un lado y otro, a navegar sin un rumbo definido.

Para Sánchez, España, que es una nación "no sólo un Estado", se dividiría "al menos" en cuatro, la España propiamente dicha, Cataluña, Galicia y País Vasco. No tiene suficiente con el conflicto catalán, que quiere despertar el fantasma vasco y añadir el gallego que alimenta el Bloque Nacionalista Galego. ¿Dónde nos quiere llevar este hombre? ¿Qué idea tiene de España y qué quiere hacer de ella? Los entregados aplauden al nuevo caudillo, se buscan un puesto a su diestra o su siniestra y pasan de España como nación y como Estado. No me extraña que haya socialistas que se rebelen, que no admitan la indefinición de Sánchez. Un socialista nos conducirá con mano firme a las dos Españas.

La pugna entre PSOE y Ciudadanos ha terminado rompiendo, en un momento tan crítico, la unidad de los partidos constitucionalistas, pero también la propia y frágil unidad del PSOE. Sánchez ha pronunciado, a través de sus diputados, un No claro y rotundo a una proposición no de ley de apoyo al Gobierno y al Poder Judicial "en defensa de la legalidad democrática en Cataluña". Esa decisión puso de manifiesto, una vez más, la profunda división interna, que no se ha solucionado tres meses después del congreso federal y que se tradujo en el hecho de que cuatro diputados se abstuvieran, tres alegaron haberse equivocado, ¡y un cuerno!, y una, Soraya García, con valentía y decisión, dijo votar en conciencia contra la decisión del secretario general.

Pedro Sánchez no es fiable ni para España ni para el resto de españoles. A lo mejor lo es para los catalanes de Puigdemont y Junqueras que están rizando el rizo, que se han declarado en rebeldía, con los que no vale diálogo alguno, por mucho que ellos hablen de la falta del mismo y mientras tanto, Margarita Robles haciendo el ridículo denunciando que el Gobierno no se aclara con la aplicación del 155 cuando quien en verdad no se aclara es el PSOE cambiante de Sánchez.