El súbito fallecimiento en Valladolid la semana pasada del exvicepresidente de la Junta de Castilla y León, Tomás Villanueva, causó lógica conmoción en los ámbitos políticos de la capital de la región porque el también ex consejero de Economía había sido también muchos años presidente del PP en aquella provincia. Pero como es lógico la investigación que la justicia lleva a cabo en torno a los casos de corrupción de la trama eólica y de los sobrecostes del edificio de La Perla Negra, por los que el desaparecido alto cargo estaba imputado con una veintena de personas mas, entre ellas otros dirigentes del Ejecutivo regional, no se va a detener y así se ha aclarado.

Precisamente hacía bien poco que este periódico se había hecho eco de como la Fiscalía había vuelto a reabrir una denuncia de hace un par de años en las que se acusaba a intermediarios que decían hablar en nombre de personas relacionadas con la Junta de reclamar una participación del 20 por ciento en el proyecto de la biorrefinería de Barcial del Barco, en la comarca de Benavente, como condición para continuar con los trámites de financiación y ayudas oficiales para la industria que pretendían poner en marcha un grupo de empresarios zamoranos, una idea muy trabajada y a punto pero para la cual no llegaron ni antes ni ahora los fondos necesarios.Y eso que la Junta de Castilla y León, en su momento, se comprometió a sacar adelante, primero como una promoción propia y luego a través de subvenciones, una empresa que sustituyese a la desaparecida azucarera de la zona. Pero pasaba el tiempo, los políticos se olvidaron del asunto, como suelen, y surgió un proyecto privado, la biorrefinería, que ahí sigue con otros promotores, pero solo como eso, como proyecto. La denuncia se había hecho por un supuesto intento de "mordida" de la que se hizo eco IU. Mas como ocurre fácilmente en estos casos, parece que eran las palabras de unos contra las de los otros, y la cosa quedó archivada. Hasta hace unos meses en los que la Fiscalía abrió nuevamente diligencias sobre este asunto. Y es que recordaba demasiado a lo que se ha descubierto en torno al escándalo de la trama eólica, una de las mayores muestras de corrupción en la comunidad y que también investiga desde hace algún tiempo una comisión de las Cortes autonómicas. Presuntamente, y según la denuncia, o se aceptaba esa participación del 20 por ciento en la nueva empresa, o no habría tal empresa, y no la hay.

La biorrefineria de Barcial hubiese supuesto y supone una importante y necesaria inyección económica y social para Benavente y los valles, un enclave geográfico privilegiado pero que nunca ha terminado de arrancar y se ha quedado por el contrario muy estancado. Desde IU, dos años después se reafirman en su denuncia por estos mismos hechos, que achacan a la corrupción y cuyo esclarecimiento total piden, a la vez que se insiste en los beneficios de todo tipo que la pretendida industria supondría para el lugar. De cualquier modo y al margen de lo que la justicia decida en torno a este asunto, la Junta no puede seguir haciendo oídos sordos y olvidando a Zamora una vez más.