La veleta con la forma de un caballero con armadura, que tiene en su mano derecha una bandera representativa de la Seña Bermeja, siempre estuvo en lo más alto de la iglesia de San Juan de Puerta Nueva. Hay noticias de que en 1678 pagó el Ayuntamiento 320 reales al espadero Alfonso de Villafañe para que limpiase y dorase la estatua (veleta); luego, en 1825 se pintó de negro para cubrir el óxido.

El suceso más transcendental sobre Pero Mato y la torre en la que estaba emplazado ocurrió en octubre de 1897, cuando en la Corporación Municipal se debatió la conveniencia de desmontar la torre por las alarmantes grietas que presentaba, temiendo que, si se caía, pudiera ocasionar desgracias en el vecindario.

El alcalde encargó al arquitecto provincial don Segundo Viloria un informe sobre el estado de la torre y la conveniencia de derribarla o repararla. Después de una serie de consideraciones técnicas, el arquitecto concluyó que: Por los defectos del sistema empleado en el cuelgue de la campana del reloj; por los defectos de los apoyos y soportes del campanil y por los deterioros que sus elementos han experimentado, se impone la necesidad de desmontar la campana y a continuación todo el campanil y luego reparar la torre.

Sin estar seguro de lo que más convenía hacer, el alcalde pidió también informe al arquitecto de Salamanca don Joaquín Vargas Aguirre, quién confirmó la necesidad de demoler a la mayor brevedad posible el campanil con todos sus aditamentos, así como el cuerpo alto de la torre. En definitiva, que se desmontó la torre, que Pero Mato fue apeado de su emplazamiento, y después de exhibirlo unos cuantos días en la Plaza Mayor fue guardado en el Museo Provincial cuando éste se encontraba en la calle de Santa Clara.

Transcurrieron varias décadas, hasta que en 1965 el templo de San Juan de Puerta Nueva fue declarado Monumento Nacional. A partir de entonces, dieron comienzo importantes obras de restauración de la iglesia: se eliminó la capilla de San Miguel, donde se guardaban pasos de la Semana Santa, y se derribaron los edificios con soportales adosados a la iglesia, con lo que el templo quedó exento de edificaciones ajenas a él. Una vez reconstruida la torre, se volvió a colocar la veleta de Pero Mato, pero esta vez fue una réplica, puesto que el Pero Mato original se encuentra en el Museo Provincial.