Que los incendios existen desde que existe el mundo es una cuestión en la que no es necesario pararse a considerar. El fuego es uno de los experimentos más importantes en la historia de la humanidad y se sabe que hace ochocientos mil años el hombre no solamente conocía el fuego sino que también tenía capacidad para transportarlo de un lado para otro.

Las investigaciones y los restos arqueológicos hallados indican que la especie humana, homo erectus, conocía el fuego desde hace 1.600.000 años. El fuego de forma intencionada se consiguió como primer método por frotamiento de un palo sobre madera seca. Las evidencias demostraron, por un rayo que cayó en un árbol, que el hombre conocía la existencia del fuego.

Paro, acercándonos a la era contemporánea y fijando nuestra atención en lo que ocurría en Zamora, conocemos que, habiéndose incendiado "por fuego que cayó del cielo" el convento de Franciscanos Descalzos, en 1748, y poco después una casa particular en la calle de la Alcazaba, que a duras penas se pudo extinguir sin que se extendiese a las casa vecinas, determinó el municipio organizar cuadrillas contra incendios, adquiriendo material de palas, azadones y aguaderas, encargando a Madrid presupuestos e informes sobre las bombas más a propósito al objeto, con idea de formar un parque completo.

De mis propios recuerdos de antaño, me consta que en la calle de San Vicente, junto al Teatro Principal, hubo un Parque de Bomberos a comienzos del pasado siglo XX. Posteriormente, y a partir de finales de la Guerra Civil, el Parque de Bomberos estuvo ubicado en la calle del Doctor Carracido, detrás del que fue Cuartel de la Guardia Civil, antiguo convento de Trinitarios. En aquella época conocí al que había sido Jefe de Bomberos Felipe de Castro Sobrino, quién a su jubilación fue relevado por José del Carmen Chimeno. En la nueva etapa, con el Parque de Bomberos en la calle del Obispo Nieto, próximo al Bosque de Valorio, el Jefe fue Lucas Carracedo Bruña, que permaneció 37 años en el Cuerpo hasta su jubilación en septiembre de 2009, siendo entrevistado con tal motivo por periodistas de La Opinión de Zamora. En aquella ocasión contaba Lucas sus experiencias y las peculiaridades de este arriesgado servicio que, a veces, llega a ser heroico. El recuerdo más amargo del que hacía memoria Lucas Carracedo fue la pérdida en acto de servicio de su compañero Luis Ángel Puente en un rescate en el río Duero.

Con el Parque de Bomberos en calle Condes de Alba y Aliste, antigua Estación de Autobuses, donde se jubiló Lucas Carracedo y fue relevado por Herminio Ramos, que también se ha jubilado recientemente, el Ayuntamiento tiene en proyecto la construcción de un nuevo Parque dotado de los medios técnicos adecuados a esta arriesgada profesión.