La provincia de Zamora se puede convertir, a no muy largo plazo, en un gran parque natural y reserva de caza, a no ser que cambien las condiciones socioeconómicas actuales.

La fijación de la población agraria encuentra muchas dificultades. La emigración seguirá siendo una constante en nuestra tierra si la provincia no se industrializa o no se hacen las obras precisas para la ampliación de regadíos, que hoy por hoy son los terrenos que pueden crear más puestos de trabajo en la agricultura. La provincia tiene grandes posibilidades de ampliar el número de hectáreas regadas con los embalses actuales y futuros. Tenemos agua, pero la mayoría no se aprovecha. No creemos que sea necesario insistir en que uno de los mejores medios de elevar la productividad agrícola es la transformación en regadío? Pero este tema parece tabú, ya que no se ha vuelto a hablar de él y ni siquiera los representantes de los sindicatos agrarios mencionan las grandes posibilidades que tenemos en este aspecto. ¿Se acuerdan del Plan de Tierra de Campos y de otros regadíos importantes? ¿Existen todavía los ríos en la zona o han desaparecido tras secarse? Con este panorama, la población de Zamora, de acuerdo con el índice de natalidad y de mortandad, contará con alrededor de 100.000 habitantes dentro de aproximadamente 35 años. Ésta se concentrará en Zamora capital, Toro y Benavente, además de algunos pueblos importantes de las diferentes comarcas.

Por todos estos motivos, tendremos que prestar especial atención a los parques naturales, potenciarlos y desarrollarlos para fijar algunos puestos de trabajo, dadas sus muchas posibilidades. En este sentido, la Junta de Castilla y León acaba de ampliar por medio de la Ley 1/2017, de 28 de Marzo, los límites del Parque Natural del Lago de Sanabria y alrededores, a cuyo nombre se añadirá una mención a las Sierras Segundera y de Porto, con lo que la región quedará casi en su totalidad protegida. Espero que ahora se tenga en cuenta la carretera de Porto.

También debemos tener en cuenta la reserva o parque de la Sierra de la Culebra, la de las Lagunas de Villafáfila y alrededores, así como los Arribes del Duero. A estos parajes hay que sumarle diferentes rincones turísticos y deportivos de Zamora, como pueden ser Los Infiernos de Almaraz de Duero, Sierra Gorda de Cerezal de Aliste, Peña del Cuervo en Pereruela, La Cristina en Moreruela de Tábara, Bamba y el Pinar de El Pego, la desembocadura del Aliste, Santa Marta de Tera, etc. Podríamos llenar folios citando estos pequeños sitios pintorescos y de gran valor ecológico. No hay que olvidar que además muchos de estos espacios forman parte de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica declarada por la Unesco en el año 2015. Como conclusión solo cabe decir que la provincia tiene unas grandes posibilidades de convertirse en una gran reserva o parque natural en la Región de Castilla y León. El turismo medioambiental crecerá fuertemente, convirtiéndose en una de las principales fuentes de riqueza.

Damos por descontado que los terrenos de Monte la Reina (Toro), pasarán del Ministerio de Defensa (Administración Central) a su antiguo dueño la ciudad de Toro. A estas Administraciones se tendrán que unir la Diputación, y la Junta de Castilla y León, como administración competente en la materia medio ambiental. La ciudad de Toro deberá colaborar con la Junta de Castilla y León para que legisle la protección de este espacio y financie el parque que se deberá construir con la colaboración de las Administraciones: nacional, regional, provincial y local.

Sería un crimen privatizar uno de los parajes más emblemáticos e históricos de la provincia y de nuestra nación. El profesor Navarro Talegón, nos explicará, como él saber hacer, la historia de estas tierras toresanas. Por ningún concepto Monte la Reina debe venderse al mejor postor. Las fórmulas para evitarlo son muchas, la principal es declarar la zona protegida por Ley de la Junta de Castilla y León y modificar, en la medida de lo posible, el Plan General de Ordenación Urbana de Toro, declarando de interés público toda la zona afectada. Nada de urbanizaciones, chiringuitos y nada de cotos de caza. El turismo medio ambiental crecerá fuertemente, convirtiéndolo en una de las principales fuentes de riqueza.

Por lo que hemos expuesto en Monte la Reina de Toro, podría crearse un "Centro Especial de Interpretación", cercado convenientemente, para la conservación y el avistamiento, a través de las torres que se construyan, de los animales y aves que tendrán que elegir los técnicos de la Junta. En este posible vallado no podrán faltar todo tipo de venados y jabalíes, animal muy característico de la zona. En Europa existen muchos parques de este tipo que proponemos; sobre todo en Bélgica. Toro, con este parque, completaría su parte monumental en favor de los turistas.

Lo más importante es legislar por medio de las Cortes de Castilla y León para proteger la zona de Monte la Reina, de tal forma que si ésta llegara a manos privadas, el uso de los terrenos estuviera sometido a medidas restrictivas, pues, para cualquier actividad, la consulta a la ciudad de Toro y a la Junta de Castilla y León, sería obligada. Monte la Reina tiene que ser terreno público para el disfrute de todos los españoles. Esperamos que la Administración Central sea generosa y devuelva los terrenos a sus antiguos dueños. Ponemos como testigos a María de Molina y a Isabel la Católica. No en cambio a la Beltraneja, que solía pasear con frecuencia por estos bosques, no siempre bien acompañada.

Todos estos pensamientos, escritos en una noche calurosa de verano, pueden parecer muy utópicos y desconectados de la realidad, pero lo que interesa es que las administraciones locales, provinciales y regionales se tomen en serio estas propuestas para poder llevar a cabo alguna de ellas, u otras que merezcan más su puesta en marcha tras el correspondiente estudio del caso expuesto.