Lo ha protagonizado Maties Serracant, alcalde de Sabadell y con él, todos sus compañeros de la CUP, ERC, Podemos e ICV en el Ayuntamiento de esa localidad catalana. El alud de críticas que originó la propuesta del Consistorio basada en un informe elaborado por el historiador Josep Abad, autor de perlas como "Cataluña es una colonia" e independentista para más señas, de retirar del callejero la plaza dedicada al poeta español Antonio Machado, fallecido en el exilio durante la guerra civil, por españolista, ha provocado que recule anunciando en su cuenta de Twitter: "Machado se queda".

El informe de la lumbrera catalana que ha hecho la propuesta, dirigente a su vez de la muy subvencionada Plataforma per la Llengua, la ONG del catalán tan mimada por los extremistas e independentistas en general, también quería cambiar el resto del nomenclátor, llevándose por delante, por "españolistas y franquistas", a personajes como Goya, Espronceda, Quevedo, Góngora, Campoamor y Tirso de Molina entre otros, todos ellos por lo que se ve y se sabe, franquistas.

No me extraña que al alcalde y compañeros les haya caído encima tal aluvión de críticas. Hace falta hacer gala de un sectarismo semejante para caer en errores tan garrafales como los que ha protagonizado el Ayuntamiento de Sabadell. Encima apelan a la Ley de Memoria Histórica. ¿Qué tiene que ver Espronceda con esa Ley? ¡Y Calderón de la Barca y Garcilaso de la Vega cuyos nombres también se pide retirar del nomenclátor? Es mejor sustituirlos, a propuesta del lumbrera, por independentistas como la ex presidenta de Omnium Cultural, Muriel Casals, fallecida el pasado año o una miembro del Estat Catalá, que fue detenida en 1925 por "ultraje a la bandera".

Empezamos a estar hastiados, empezamos a estar hasta el moño de tanta imbecilidad, de tanto odio, de tanta provocación, de que quieran someter a la mayoría al interés de unos pocos. Porque ellos, los de estas propuestas, son unos pocos, la mayoría, si exceptuamos a Pedro Sánchez, ni piensa ni opina igual. Es que nadie recuerda ya de dónde venimos y todo lo que se hizo para que la democracia fuera posible en España, para que los odios se mitigaran, para que la paz en toda su extensión fuera posible y habitara entre nosotros. Pero es que esta gente no recuerda la de vidas que ha costado el proceso producto del odio y del independentismo. Entonces etarra, ahora catalán. No olvidemos que Cataluña también tuvo su propia organización terrorista, Terra Lliure, de ideología independentista catalana y extrema izquierda.

Ni extrema derecha ni extrema izquierda. Todos los extremos son igual de perjudiciales. La extrema derecha también se comportó como una salvaje en aquellos primeros años. La extrema derecha también forma parte del aquelarre, del cuadro de horror que se dibujó con balas y bombas. En fin. Machado se queda y con él la poesía y cabe esperar que el resto de compañeros, pintores y escritores en su mayoría, que conforman el callejero de Sabadell. Lo contrario pondría de manifiesto la falta de madurez, de elegancia política, de democracia y de objetividad del consistorio saballedense.