Yanis Varufakis ha escrito el libro global del año. "Adults in the room" toma su título de una frase de Christine Lagarde, sobre la necesidad de que haya "adultos en la habitación" para alcanzar acuerdos. Concebido como una crónica casi diaria de los seis meses del economista griego que quiso reinar al frente del ministerio de Hacienda de Alexis Tsipras, el ensayo desnuda a la troika financiera.

Finalizada la digestión del apretado medio millar de páginas de "Adults in the room", el vaporoso Eurogrupo de ministros económicos sin sustento legal, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional quedan reducidos a castillos en la arena. Los partidarios del ególatra exministro lo han comparado a Tucídides. En realidad, la lectura es tan absorbente que no deja tiempo para establecer comparaciones.

Jean-Luc Godard sostiene que las tribulaciones griegas se esfumarían si se desembolsaran diez euros cada vez que se utiliza una palabra procedente de aquel país, empezando por democracia. Varufakis propuso soluciones igualmente originales pero, al exigir la renegociación de la deuda de un Estado en bancarrota, solo estaba cebando el arma que liquidaría su carrera política.

Varufakis se pasó seis meses con la carta de dimisión en el bolsillo. También utilizó generosamente su teléfono como grabadora, una treta que le ha permitido desmantelar las contradicciones de los grandes poderes financieros sin ser rebatido. Diálogos de notable longitud y densidad son transcritos literalmente. La gesta queda fuera del alcance de Tucídides, que se veía obligado a improvisar cuando se enfrentaba a circunstancias semejantes.

Del feroz retrato cronológico de Varufakis emerge una Lagarde sensata pero acomodaticia, o un Mario Draghi solvente pero quebradizo. Los altísimos cargos tiemblan ante el director en silla de ruedas de esta banda, un Wolfgang Schäuble a quien el habilidoso exministro otorga el perfil de un villano de James Bond. La cancillera Angela Merkel también teme a su ministro de Finanzas, pese a que el autor le atribuye ignorancia absoluta en asuntos económicos.

La asfixia de las organizaciones extranjeras no debe ocultar que es Tsipras quien encumbra a Varufakis, quien le recomienda que no se afilie a Syriza para tener las manos libres, quien lo descabeza una vez exprimido y quien ahora lo descalifica ante el impacto del libro, porque el auténtico culpable de "Adults in the room es el primer ministro griego. No por lo que sabe ni por lo que miente, sino por lo que sabe mentir.