No se puede ir por la vida de demócrata y conducirse como un radical, y me da igual que sea de izquierdas o de derechas, los radicales son de todos los colores, con mejor o peor baba, con la mala leche necesaria para actuar desde posturas extremas en una especie de 'o estás conmigo o en mi contra'. Y se puede perfectamente no estar de acuerdo con una persona o con una idea pero no por ello estar permanentemente en su contra, al ataque de forma persistente.

Con la llegada a la política de tantas organizaciones extremistas de ese jaez, se está calentando el ambiente de malas maneras y sin necesidad alguna. De la discrepancia se ha pasado al insulto y al ataque personal. Las organizaciones próximas a la CUP se están pasando, no ya unos cuantos pueblos, si no unas cuantas comunidades autónomas. Hace unos días proponían barrer al estilo leninista, a personalidades procedentes de distintos ámbitos. Mariano Rajoy, El rey Felipe y el mismísimo Artur Mas se llevaban la peor parte, todo en función de la campaña del referéndum de secesión. Una forma sucia de hacer campaña que los denigra.

No conformes con eso, ahora han difundido un vídeo en el que unos jóvenes aparecen apaleando a Mariano Rajoy. No critico el hecho por ser Rajoy, que también, lo critico porque apalean a un presidente del Gobierno de España elegido democráticamente. Es una forma de apalear la democracia. Es una forma absurda y gratuita de provocar, de meter los dedos en la boca para que se escupa. No se salen con la suya. Nunca se van a salir con la suya. Políticamente tienen un recorrido corto, si hubiera más huevos, sólo que en España la única que tiene huevos suficientes es la tortilla de patata, la sociedad catalana que mayoritariamente está en contra de estos comportamientos, mostraría su rechazo frontal a esa forma tan desagradable de manifestar su postura.

Los de la CUP quieren un mayor protagonismo y están dispuestos a apalear a Rajoy, a Zapatero, a González, a Rivera, Aznar y compañía con el fin de tomar las riendas del 'procés' y hacer lo que les venga en gana. Porque eso es lo único que pretenden, salirse con la suya, ejercer su voluntad que no es la del resto de catalanes que militan en el silencio y aún de los catalanes que protestan con valentía en ese territorio comanche en que para muchos españoles se está convirtiendo Cataluña y más en concreto Barcelona y su alfoz.

Porque esto ocurrió en Argentona, municipio de la provincia de Barcelona conocido nacionalmente por haber sido el destino, en sus tiempos como Guardia Civil, de Antonio David Flores, a la sazón marido de Rocío Carrasco. Porque salvo su Museo del Botijo y las doscientas fuentes que se reparten por el término municipal, mucha gente cree que Argentona es una ciudad de Argentina. Los chicos y chicas de esta organización de rancia historia, su creación se remonta al año 2015, no se anduvieron con bobadas golpearon la imagen de Mariano Rajoy con un bate. El impulso hizo que saliera disparado hacia el público, se supone que para el linchamiento final. Así funciona esta gente tan demócrata, tan liberal, tan preparada para la vida moderna, tan fraterna y tan plural.