E spaña le cabe, junto a Estados Unidos y Francia, el honor de formar parte del triunvirato dominante en la industria turística mundial. Ese honor y ese orgullo lo comparten el 85,3% de los españoles. En algo nuestro país tiene que ocupar podio. Si en el turismo que nos deja buenas divisas, mejor que mejor. No podemos olvidar que el desarrollo económico de España en los años 50 se financió en buena medida con las divisas que aportó el turismo. Es una realidad incuestionable. Nos costó incorporarnos al núcleo duro de países que se llevaban ese gato al agua, pero una vez conseguido, España no ha parado. La caída del turismo en países del norte de Africa por evidentes motivos de seguridad, también ha contribuido en cierta medida a mantenernos en el podio de los privilegiados. Hasta ahora.

Porque ahora, en el verano actual y en España, se ha desatado una especie de "turismofobia" que puede hacernos mucho daño como España empiece a coger, por culpa de unos pocos, una fama que no le corresponde. El turismo es el principal sector estratégico de la economía nacional y por lo tanto requiere la debida protección, por eso, ante los sucesos turismofóbicos ocurridos estos días en Cataluña y Baleares, de la mano de la CUP y Podemos, que no quieren turistas en ambos feudos que creen suyos por el hecho de tener representación parlamentaria, todas las luces de alarma se han encendido.

Entiendo que hay turistas indeseables, como esos que han hecho de Magaluf, en la isla de Mallorca, un lugar insoportable para el disfrute, por culpa del alcohol y ciertas desinhibiciones no aptas para todos los públicos, pero eso no quiere decir que se acabe de cuajo con la gallina de los huevos de oro. La CUP y Podemos sabrán qué hacen, porque como a las Baleares y a la Costa Brava les quiten el turismo, a ver de qué coños comen. A la Costa Brava y a la Barcelona turística, a la de Gaudí y otras bellezas. Esta gente que de tan puro lista se pasa, está poniendo todo tipo de dificultades para que los turistas se hastíen y no vuelvan

La política de acoso al turismo tiene un escasísimo respaldo social, pero los que tienen el poder y el mando ahora, son los que instigan y azuzan al personal para armarlas pardas. Y las están armando. Es verdad que el turismo se ha deteriorado un tanto en España, que se debiera optar por un turismo de calidad y acabar con el turismo basura que hace honor a ese nombre. Pero hay que saber hacerlo, no se puede actuar a la brava. Las actuaciones políticas no pueden perjudicar la economía, si acaso favorecerla, protegerla, la CUP y Podemos no lo han entendido así. Pues nada, los que dejen de visitar Baleares y Cataluña que se vengan a Castilla y León, a Zamora, donde tenemos un lago maravilloso, en el corazón de Sanabria, que puede competir con los más importantes de Europa, y eso sin tanta prensa, sin tanta publicidad, además de un paisaje rural único donde practicar el 'dolce far niente' de una manera civilizada.