Simplemente, porque los apoyos donde giran los ejes están ineficaces lo que impide el volteo, vetando así la alegría y el regocijo de los vecinos del pueblo y personal foráneo (niños, jóvenes y mayores), cuando surgen fiestas y bautizos, etc... Tales anomalías pueden subsanarse con un poco de voluntad por parte de quien o quienes, depende su mantenimiento.

El sostenimiento actual es poco eficaz al estar sujetas por cuñas y otros artilugios para mantener su vertical y no se caigan. A la vista del espectador puede deducirse y así contemplar, un agravio comparativo, con otras campanas de las iglesias de su entorno que están en perfecto estado. No así las del campanario de Tola, al parecer, por posible desidia y poco celo de los organismos de los que depende su custodia. Así lo considera un nativo del pueblo.

Félix Rivas Martín