Los militares nunca son tan militaristas como se podría pensar. Salvo algunos locos (no hay profesión en que falten), saben que la guerra es nefasta para todos, y miden mucho los pasos. El problema viene siempre del militarista aficionado, y más cuando no ha hecho el servicio militar. Siempre he pensado que la supresión de la mili ha sido una desgracia. La mili igualaba a todos, enseñaba a obedecer (tonterías incluidas) y desmitificaba el ejército, tanto al mitómano militar como al antimilitar. Trump es un niñato caprichoso y rico de nacimiento, que no ha hecho la mili y tiene una imagen de la guerra y la milicia que procede directamente de la infraliteratura belicista, o sea, lo que en España era "hazañas bélicas" puesto al día (en literatura siempre incluyo al cine, claro). Si por Trump fuera haría con el Senado lo que Julio Cesar. Menos mal (también para él) que no es Julio Cesar.