Nos dice el director de la Academia Norteamericana de Lengua Española que estos días está por Zamora junto con otros profesores de universidades de Estados Unidos, dos opiniones que se han puesto de actualidad por imperativo gramatical, tras la aceptación de "iros" como tal por la Real Academia de la Lengua: que la lengua la hace la gente; y que el español es considerado en EE.UU. como la lengua de la pobreza.

La abuela Emilia decía: "vinon los de Moralina, trajon una cesta de uvas, la puson sobre la mesa y dijon?". Y los nietos que ya íbamos a la escuela estallábamos en carcajadas porque ya no podíamos más. Y hete aquí que cualquier día la Real Academia de la Lengua va a permitir, por pura economía del lenguaje que anda con prisas, que se pueda cambiar el lento y parsimonioso "vinieron, pusieron, dijeron y trajeron" (el peque Marco dice "trajieron" por la regularidad de la estructura básica de gramática universal que tenemos en los genes según Chomsky), por el "vinon, dijon, trajon, puson" que con acierto nos contaba mi abuela.

Porque el lenguaje como fuerza viva tiene estas cosas, y por eso ahora se permite decir "iros" para invitar a que se vaya o echar a alguien, en lugar de "idos", que para algunos son las personas a las que se les ha ido la cabeza, se han metido algo o les falta un hervor.

Y es que el imperativo como orden apenas se utiliza después de las épocas de la Logse y de la democracia en la que manda el pueblo y por lo tanto, las cosas se hacen más por convencimiento que por ordeno y mando.

Quedan aún imperativos autoritarios en algunos personajes de la derecha, tales como la famosa frase de Aznar antes de ser presidente del Gobierno, "váyase Sr. González", o más reciente y más cerca de estas tierras la invitación de la portavoz del PP al alcalde de Zamora: "Si el ayuntamiento les viene grande, váyanse". Los dos utilizan la tercera persona en lugar de la segunda para no tener que decir "idos" que parece un insulto, "iros" que estaría mal dicho hasta ahora, "irse, si me queréis", como dijo la famosa Lola Flores? o "veisus" como dirían aún en nuestros pueblos los más mayores del lugar...Esos que usan la lengua con tanta corrección que acaban siendo la vanguardia del proletariado de la real academia, que tienen que rendirse, por muy real de realeza que sea, a la república popular del habla de mi pueblo.

Idos, iros o "veisus", hay muchas maneras de ordenar, exhortar o desear que alguien se vaya gramaticalmente. De la misma manera que hay muchas de marcharse, irse o salirse políticamente. Como sucede con el Referéndum catalán o el "Lexit" leonés.

Mi abuela también decía muchas palabras que nosotros pensábamos que estaban mal dichas, pero que cuando consultábamos en el diccionario eran correctas aunque en desuso. Muchas procedían del Leonés o Llionés, que además de recuperar esa lengua, últimamente se han apuntado en lo político a la moda de los anglicismos como el "Lexit", que imita al Brexit inglés para salirse de la Unión Europea, a ver si así aumenta el escaso porcentaje de sentimiento leonés de la población.

Toda una lección de cosmopolitismo es la que han dado nuestros convecinos leonesistas cuando han sabido nombrar sus deseos de emancipación frente a Valladolid y de constituir una región -o nacionalidad- independiente de Castilla, con una palabra que para sí hubieran querido amadrinar los independentistas catalanes, que no han pasado del cultista o latinajo, según opiniones, referéndum.

Y es que no es de extrañar que el único imperativo autorizado por la RAE sea "iros", y ninguno más, porque lo que en realidad cuesta mucho es irse, tanto políticamente como personalmente.

Políticamente, se puede decir como Maduro por el referéndum de los opositores: "Señor Rajoy, saca tus narices de Venezuela". Personalmente, mejor el antónimo de irse: "Si tú me dices ven?lo dejo todo"".

Y la lengua de la pobreza no es otra que la de la gente. Nunca iros, sino: "¡Uníos! Proletarios del mundo". Por imperativo? moral de necesidad.