Están que lo tiran en Moncloa, para que los españoles puedan ir de vacaciones, los que puedan, más optimistas de cara al futuro que viene, una vez superada la crisis, ya de modo definitivo, por lo que parece a través de las medidas económicas que se adaptan o adaptarán próximamente: subida de sueldos, rebaja del IRPF, y oferta pública de empleo. Es que más no se puede pedir. O sí.

Bueno, el caso es que la subida salarial parece que será un hecho, al fin, y que todas las administraciones elevarán las percepciones a sus funcionarios en un 3 por ciento, aprobándose el techo de gastos del Estado. Justo ese porcentaje es el perdido por los trabajadores desde el año 2008, lo que significa que volverá a recuperarse el nivel de entonces. Eso es todo por ahora. Y a partir de ahí, a ver que pasa. Expectativas semejantes aunque posiblemente de menor alcance se barajan por los sindicatos y la patronal de cara al próximo ejercicio. Se calcula que, en general, desde el inicio de la crisis, la media de los salarios se había reducido en unos 700 euros anuales, que es sobre poco más o menos lo que ese 3 por ciento de aumento va a venir a suponer. Vale como punto de partida.

Luego está lo del IRPF, el próximo, claro, que siempre se habla a partir de 2018, y aquí es justo incidir en que ha sido la presión de C´s la que obligado al Gobierno a darse prisa en hacer firme el anuncio. Afectará a las renta menores de 14.000 euros al año, y parece sencillamente un acto de mera justicia social, que habría que ir completando con otros semejantes y de los que no debiera librarse el aumento de ese impuesto para las clases más privilegiadas económicamente. Pese a que Rivera se ha apresurado a cantar el logro, Rajoy se ha achacado todo el mérito.

Y quedan los miles de contrataciones anunciadas por la Administración del Estado, recuperando asimismo una actividad que se vio paralizada durante la crisis, de modo muy arbitrario y desacertado en muchos casos lo que repercutió en una indiscutible merma de la calidad de servicios básicos. No se entiende muy bien el lenguaje burocrático de la convocatoria ni las explicaciones dadas pues en unas ocasiones se mencionan 15.000 empleos, en otras se llega a los 20.000, y en otras, procedentes del Gobierno, de 28.000, aunque en este caso se cuenta todo, lo habido y lo por haber, los nuevos contratos, las promociones, los traslados y demás.

Sea como fuere es una buena noticia que ayudará a seguir rebajando, se espera, el numero de parados de aquí a 2.020. Hay sectores, además, en los que la precariedad de la situación empezaba a notarse demasiado en la sociedad, caso de las fuerzas del orden, de la docencia, de la justicia, o de la lucha contra el fraude, en especial el fraude fiscal. A ver si se nota la ampliación de personal, así como de medios y recursos. A ver si se nota, en fin, no en la macroeconomía, en las grandes cifras esas a las que siempre recurre Rajoy, sino en el bolsillo de cada cual, en el aumento de su capacidad de consumo, en ese mismo estado de ánimo general que tanto se reflejó socialmente en la crisis.