El 6 de julio del año 985, el caudillo árabe Almanzor entró en la ciudad de Barcelona tras asediarla durante ocho días. Almanzor se plantó ante las murallas de Barcelona y sometió a la ciudad a una de la peores destrucciones de su historia.

Juan Roca, director del Museo de Historia de Barcelona sostiene que la ciudad ha pasado por tres grandes traumas: los bombardeos de la Guerra Civil, uno, el sitio de 1714 por el Duque de Berwick, otro, y la destrucción de la urbe por parte de Almanzor, que fue el primero.

Curiosamente, sobre un episodio tan notable no hay prácticamente pruebas arqueológicas. No se han encontrado sustratos que certifiquen el asedio ni los incendios que pudieron ocurrir entonces, pero sí se sabe de lo ocurrido por la documentación que hay sobre el episodio.

Almanzor, caudillo militar que atormentó a los reinos cristianos en el siglo X, nació en Algeciras en año 936, sirvió en el Califato de Córdoba y cruzó toda la Península en sus correrías.

Aunque muchas de sus hazañas están profusamente documentadas, sobre la incursión en Barcelona, las fuentes son más bien escasas. Lo que sí se sabe es que Almanzor esperó para asaltar la ciudad a que los Condes de Barcelona se hubieran desligado definitivamente de los reyes francos.

Almanzor salió de Córdoba el 5 de mayo del 985 y emprendió camino de Barcelona por la costa mediterránea. El asalto fue precedido de una batalla en la que el conde Borrell II intentó evitar lo que se avecinaba; los cristianos fueron derrotados y Almanzor llegó ante los muros de Barcelona el 1 de julio del 985 e iniciaron un cerco imposible de resistir por los barceloneses. Se dice que la superioridad del ejército árabe pudo deberse a que los jinetes habían recubierto sus brazos con láminas de acero para defenderse de las espadas creadas por los francos. El día 6 de julio, Almanzor tomó la ciudad de Barcelona a sangre y fuego. En la conquista hubo una importante captura de cautivos, cuyos rescates están documentados y han llegado a nuestros días con nombres de algunos de aquellos prisioneros.

Las fuentes árabes sitúan a Almanzor de regreso a Córdoba el 23 de julio, después de la devastación que llevó a cabo en Barcelona.