Queridos lectores, aparentemente el título de la columna que le dirijo, parece poco sugestivo, pero créanme que el tema, a mi humilde juicio, es de suma actualidad, al menos para mi, y espero que también lo sea para ustedes, una vez leídas estas líneas, se les cree la inquietud de informarse sobre el tema en cuestión, que es apasionante, máxime en los momento económicos actuales.

Recuerdo que mis manuales de la asignatura de Economía Política, cuando estudiaba Derecho, asignatura que impartía Dª. Gloria Begué Cantón, Catedrática de Economía Política y Hacienda Pública en la Universidad de Salamanca, persona de máxima competencia intelectual, que fue Decana de la Facultad de Derecho, y recientemente fallecida, el pasado mes de diciembre, eran el Samuelson Robinson y "Los principios de Economía" de Royall Brandis, donde se recogían los principios esenciales de la Economía y se nos inculcaba la idea de que la economía es la ciencia de la escasez y ciertamente es una gran verdad.

Se definía la economía diciendo: La economía es una ciencia social que estudia las decisiones que tomamos las personas al enfrentarnos con los problemas derivados de la escasez.

Sin escasez la economía carecería de sentido, en los momentos actuales, miles de familias, viven en la en escasez.

Hace unos días, visitando una librería de libros de ocasión, tuve la oportunidad de adquirir un libro titulado " La economía del bien común", de Christian Felber, libro que ha despertado una enorme interés en todo el mundo. La esencia de la teoría del modelo propuesta por Felber, consiste en que las empresas deben cooperar con la finalidad de conseguir el mayor bien común "bonum conmune", para la sociedad.

La idea es verdaderamente brillante porque se basa en una serie de valores a los que toda persona debemos aspirar, como son la honestidad, la cooperación, la solidaridad, la dignidad, la voluntad de compartir, etc...basado en un modelo de empresas responsables y con una sólida base ética.

Recuerdo, porque en su momento lo anoté, que Adam Smith dijo literalmente: "No por la benevolencia, del carnicero, del panadero o del cervecero, contamos con nuestra cena, sino por su propio interés".

Estamos inmersos en una sociedad que está orientada hacia el consumo sin límite, y eso puede apreciarse en la juventud y en los últimos años, en los no tan jóvenes, que debido al desarrollo y bonanza económica, pensaban que todo el monte era orégano y la cruda realidad es muy distinta.

Hemos de mentalizarnos a fin de que toda actividad económica debe servir al bien común. Hemos llegado al extremo donde muy pocos tiene mucho capital y muchos muy poco, cada vez menos, valga la redundancia, pero sea en aras a la claridad.

Estamos leyendo estos días en la prensa, que la hucha de la Seguridad Social no será, presumiblemente, suficiente para abonar la extra de los pensionistas y tendrán que recurrir al crédito. Aviso para navegantes.

Honestamente creo que todos, con independencia de nuestra situación personal, familiar, económica y social, debemos mentalizarnos para asimilar que no podemos seguir por la vía del egoísmo, pues, así no conseguiremos nada.

Espero que estas líneas nos sirvan a todos de punto de reflexión para iniciar un camino donde se valore a las personas y no al dinero, al beneficio, a la riqueza fácil, , etc, etcc.., si así es, creo que vamos por el buen camino hacía el bien común, que en definitiva, es el bien de todos.

Que así sea.

Pedro Bécares de Lera