Una esfinge, la de Bárcenas, ex tesorero, ex senador, ex militante del PP, compareció en el Congreso como primer declarante para poner en marcha la comisión formada para investigar la presunta caja B del PP. Y Bárcenas, que como sospechan los representantes de todos los partidos y así se lo dijeron a la cara, parece haber pactado con su anteriores compañeros para no enredar más la madeja y sobre todo para tratar de librarse de volver a la cárcel, no dijo ni palabra, como ya había previamente anunciado, aferrándose a su derecho a no declarar toda vez que está incurro en el proceso judicial que se sigue por el escándalo de corrupción del caso Gurtell.

Los representantes de los partidos de la oposición se cansaron a hacerle preguntas que el ex tesorero que antes había denunciado públicamente y reconocido ante el juez sobresueldos con dinero negro a los dirigentes del PP, Rajoy incluído, se limitó a ignorar despectivamente. Le dijeron de todo: que había cumplido el mandato presidencial de "Se fuerte", que estaba insultando a los españoles con su silencio, pero era lo mismo porque Bárcenas siguió cerrado en banda, salvo en algunos momentos en los que abrió la boca para pequeñas precisiones o leves respuestas, aunque hubo una ocasión en la que perdió los nervios y se metió en un jardín embarrado.

Pues si supo resistir bien los embates de PSOE y Podemos no ocurrió otro tanto con el representante de C´s, ya que el diputado Tony Cantó, muy duro y muy puesto, sacó de sus casillas al antiguo dirigente popular y para algunos su impensada intervención de réplica pudieran interpretarse como una confirmación a las acusaciones que se le hicieron. Bárcenas replicó al actor metido a político que no actuase como si estuviera en una obra de teatro, y cuando el centrista le preguntó directamente si era él quien pasaba por el despacho de Rajoy cada mes para entregarle un sobre con billetes de 500 euros, entrega que algunas veces acompañaba con cajas de puros, el ex dirigente aseguro que eso que estaba contando no era él, sino su antecesor en el cargo, Alvaro Lapuerta. El representante de C´s, le preguntó si era entonces el antiguo tesorero quien hacía las entregas, si lo reconocía, pero Bárcenas volvió a encerrarse en su mutismo tras lo que podría suponer un desliz inoportuno. Aunque pueda parecer como que se refería en concreto a las reuniones, o a las cajas de puros, se podría interpretar también como un reconocimiento implícito de las entregas. Habrá que ver si las declaraciones, previstas para el 13 de julio, del anterior tesorero, un hombre viejo y enfermo, aporta algo nuevo al asunto, que va ser que no, pues estas comisiones poco suelen aclarar que no se sepa.

En realidad, Bárcenas no contestó a nada, aunque olvidase su pose de esfinge en algunos, pocos, momentos, para defender al PP cuando la representante del PSOE denominó como organización criminal a su partido, o cuando la portavoz de Podemos le preguntó si se había enriquecido personalmente con la caja B, lo que negó de manera escueta y rotunda. Fue fuerte, como cabía esperar.