Las casas señoriales y palacios abundaban en la ciudad del Duero, donde tenían su morada los caballeros hijosdalgo y señores de la nobleza, donde gozaban de los honores de su alcurnia. También en aquella época había muchas humildes casas de adobes habitadas por los miles de vecinos que trabajaban al servicio de los que mandaban en la ciudad..

De aquellas mansiones se hizo pública una lista en el año de 1671, señalando su ubicación y los señores a quienes pertenecían. Es interesante comprobar que, después de cerca de cuatrocientos años, algunas de las casas reseñadas todavía existen y con los datos que se indican podemos rememorar la estructura urbana de la Zamora de aquellos tiempos.

Veamos, en primer lugar que el don Manuel Enríquez de Guzmán, conde de Alba y Aliste, alférez mayor y alguacil mayor de la Ciudad, alcaide de la fortaleza y torre del puente, era el señor de la casa en Rúa de los Francos perteneciente a la parroquia de San Cipriano. Con todo este curriculum y la localización de su casa, tenemos claro que se trata del Palacio de los Condes de Alba y Aliste, actual Parador de Turismo en la Plaza de Viriato.

La casa de los señores Conde de Castronuevo y Marqués de Quintana, de apellidos Porras y Henriquez, está indicada en la Renova, calle que hoy continúa con el mismo nombre junto a la Plaza Mayor.

La casa de don Pedro Rodríguez Ledesma y Alarcón, marqués de Palacios y vizconde de Santarem, nos permite localizarla como Palacio de los Momos, que dice en la lista que está en la calle que va para el Hospital del Comendador Alonso de Sotelo, patrono del convento de Santo Domingo de Predicadores. Si bien el Hospital de Sotelo, está desaparecido hace unos treinta años, el Palacio de los Momos ahí sigue, como monumento histórico-artístico, en la actualidad dedicado a Palacio de Justicia.

A don Luis Henríquez de Bolaños se le incluye en la lista como marqués de Villamar, caballero de la Orden de Santiago, cuya casa estaba en la plazuela del convento de Santa Marta, que hacía esquina frente a la iglesia de San Ildefonso, era patrono del convento de las monjas de Santa Clara.

Don Gaspar de Acuña Villacid, señor del estado de Gema y de la Quijada, señor de Villagarcía y de Ocampo, y señor de Pino Cerezal y Carbajosa, heredero del conde de Peñaflor, tenía sus casas junto a la parroquia de la Magdalena y frente al convento de Santa Marina.

El señor que sucediera en la casa y mayorazgo de los Gómez Rodríguez Ledesma estaba situada en la Plaza de la Iglesia de Santa Lucía; posiblemente se refiera al Palacio del Cordón, hoy Museo Provincial.

Don Melchor de Porras y Guzmán, caballero del hábito de Santiago, hijo del vizconde de Valencia, tenía su casa en la calle de la Rúa de los Leones, perteneciente a la parroquia de San Andrés (pudiera ser la actual calle de San Andrés).

Don Claudio del Castillo, caballero de la Orden de Calatrava, patrono del convento de la Santísima Trinidad, tenía su casa en la Plazuela frente al convento e iglesia de Santiago del Burgo. Al día de hoy está perfectamente localizada la iglesia de Santiago del Burgo; en cuanto al convento de la Santísima Trinidad estaba junto a la actual iglesia de San Torcuato, hoy es el Colegio Universitario.

Don Alonso Guerra de Losada, caballero de la Orden de Calatrava, cuya casa es la que llaman Palacio de Doña Urraca, que la adquirió por compra que hizo a la Ciudad.

Las casas de los Tablada y Monsalve, que la primera es en la calle de San Torcuato, más arriba del Hospital de Sotelo (Maternidad), la otra en la calle de Carniceros junto al arco que llaman de Nuestra Señora de los Remedios.

Hay una larga lista de nobles e hijosdalgo, que requerirían mayor espacio del que pretendo dedicar ahora para orientarnos de como se configuraba la toponimia de la Ciudad de Zamora en aquella época.