Cuántas veces habremos repetido esta frase: "Detrás de todo gran hombre, hay una mujer". Y nos hemos quedado tan oreados. El periodista y escritor uruguayo, Eduardo Galeano, considerado como uno de los más destacados artistas de la literatura latinoamericana, afirmó a propósito de la misma: "Frecuente homenaje, dudoso elogio: reduce a la mujer a la condición de respaldo de silla". ¡Y es verdad! La frase coloca a la mujer "detrás", no al "lado", sino un paso atrás o puede que más. Es el puñetero machismo del que doña Emilia Pardo Bazán escribía: "Se entiende el honor conyugal a la manera calderoniana, española, neta, indulgentísima para el esposo e implacable para la esposa". Desgraciadamente así sigue siendo.

Hay que felicitar al colectivo Toffana por hacer lo que nadie ha hecho en Zamora, despertar del letargo de siglos, y a golpe de iniciativas, con criterio, con voluntad, con ganas, tratar de acabar con el machismo imperante, con los abusos que no son cosa del pasado, son como un virus que también afecta a los más jóvenes, a las futuras generaciones, a los que tendrían que ser y pensar de otra manera más racional, de otra manera completamente diferente, pero se muestran incapaces y agreden con la palabra y con la obra, hasta el punto que este colectivo, al que hay que tener muy en cuenta, asegure que todos los fines de semana hay agresiones. Y que no me digan que es cosa del alcohol o del calor. A lo mejor es que lo llevan en los genes.

Lo mismo el machismo está reverdeciendo. Lo que no se puede ni se debe hacer es aplaudir o consentir conductas machistas. Están a la orden del día y son muchos los que las ponen en práctica. Tengo la sensación de que los machitos locales y provinciales se van a dar de lleno con la firmeza de Toffana, cuarenta valientes, cuarenta integrantes, cuarenta chicas estupendas que se han dicho: ¡basta ya! Y actúan en consecuencia. Lo que a nadie se le ha ocurrido hasta ahora, se le ha ocurrido a unas jóvenes, que no están dispuestas a tolerar ni una sola conducta agresiva más.

En Zamora no sólo batimos el récord de calor mesetario. En Zamora se bate el récord de denuncias anuales por malos tratos. Las conductas de muchos machitos dejan mucho que desear. Ciertos roces aprovechando un lleno y ciertas manos que se escapan donde no deben a lo mejor impiden a la autoridad actuar, pero no a estas chicas valientes y decididas que pueden hacer mucho y bueno. Se me ocurren infinidad de cosas para que el tocón de turno, para que el agresivo de turno salga escaldado, pero no es cuestión de contarlo aquí. Las mujeres ya estamos hartas de que se nos tome poco menos que por objetos, ya estamos hartas de lo que dicen y lo que pretenden hacer o hacen en función de nuestro cuerpo.