P uede que el estado de la ciudad de Zamora sea, en realidad, el que quedó reflejado en la sesión plenaria dispuesta para debatir lo realizado y lo no realizado en estos dos años de mandato municipal a cargo de la coalición IU-PSOE, con los comunistas gobernando la capital, algo impensable siempre pero que la mala o nula gestión del gobierno local del PP especialmente en la última década propició y consumó sin ningún género de dudas. Un estado que se va desarrollando sin prisa ni pausa, como ya anunciara su momento el alcalde, Guarido, y que ha conseguido sanear la cuestión económica tras las grandes deudas dejadas por la Corporación anterior y lavar la cara a la urbe, pero que también acusa en contra bandazos, cosas a medio hacer, promesas que se van dejando de lado en orden a prioridades, y que alejan, igual que antes, de la ciudad moderna y dinámica que se pretende y no se obtiene.

Pero hay que tener valor y moral para tras 20 años de fracaso e inacción municipal, con excepción si acaso del primer mandato de Vázquez al frente de la alcaldía, con casos tan llamativos y oscuros como la fallida operación de adquisición de un edificio para sede auxiliar del Ayuntamiento o como el invento de la sociedad de turismo, proyectos fallidos que tan caros han costado, el PP se suba a las barbas del gobierno local para pedirles cuentas. Que está bien, que está en su derecho, que para eso, para controlar lo que se hace y lo que no se hace, está la oposición. Mas no se puede dejar de tener en cuenta el pasado ni airear la bandera del rencor de la derrota al haber perdido la institución. El grupo popular estaba llamado a perder, sin remisión, mal conformado, con alguna gente en los primeros puestos que lleva demasiados años viviendo de la política, y porque remataron la faena con una campaña electoral infame, desastrosa, con la candidata, Clara San Damián, llamando sinvergüenzas a sus rivales, algo que gustaría mucho a los del PP que estaban en el mitin, pero que indignó a los ciudadanos, bastantes de los cuales no dudaron en variar el sentido del voto. Achaca la oposición conservadora al equipo de gobierno poco trabajo al no haber hecho nada de lo que había pendiente, ni de sus propios planes electorales, citando la modificación del PGOU y el proyecto de viviendas sociales entre otros proyectos que el alcalde anuncia que se van a acometer de inmediato. Pero cierto es, y son reproches objetivos.

Si para los de IU-PSOE todo esta bien, autocrítica no hubo, desde luego, y para los del PP todo va mal, los mas ecuánimes y moderados en sus opiniones parecieron los ediles socialistas no adscritos y los de C´s. Los primeros, por boca de Jose Luis Gómez advirtieron de la necesidad de no confundir lo urgente con lo importante, y pidió al Ayuntamiento el máximo de apoyo al proyecto Zamora 10 de los empresarios provinciales. Por su parte, Requejo, el portavoz de C´s, criticó algunos detalles referentes a las vías públicas y su limpieza. Expresaron su desagrado con algunas cuestiones, las señalaron y también señalaron posibles soluciones, pero dieron su visto bueno, su aprobado general, a esta primera mitad del mandato. Que hay que mejorar, porque es manifiestamente mejorable, de eso tampoco cabe duda.