Ahora resulta que la dirección de Podemos baraja la posibilidad de que Julio Rodríguez, pueda ser el candidato del partido a la alcaldía de Madrid en 2019, en sustitución de la actual alcaldesa, la sin par Manuela Carmena, que ya ha anunciado en varias ocasiones que no continuará al frente del Ayuntamiento. Cierto es que Rodríguez no es la apuesta favorita del líder supremo, Pablo Iglesias, pero tiene posibilidades, no hay más que ver cómo el gran jefe está promoviendo sus apariciones públicas en las últimas semanas.

No entiendo ese afán por impulsar la carrera política de este señor. Como en la militar el dedo tuvo mucho que ver, que la política no sea menos porque, a ver, por méritos propios no creo que sea. Rodríguez fue el que provocó la fuga de votos de IU en Almería al ser impuesto por la dirección del partido. Allá donde lo presentan, pincha. Así y todo, confían en sus desconocidos potenciales. Ni en su ciudad le han querido, ni en su ciudad le han votado y Podemos quiere presentarlo como candidato a la alcaldía de Madrid. Menos mal que los vecinos de la Villa y Corte no son tontos. Que lo presenten, que lo presenten, para mayor regocijo de sus adversarios a izquierda y derecha.

Julio Rodríguez no fue bueno como militar, tampoco lo es como político. No ha dado una en todo este tiempo, a pesar del apoyo incondicional de la cúpula del círculo morado. Este señor, bueno, es un decir, es la mejor garantía del indudable fracaso de Podemos. Allá por donde pasa, cual Atila, deja de crecer la hierba. Experiencia municipal no tiene ninguna, pero eso es lo de menos, se adquiere enseguida, se dirán los de Podemos. Además, llega al panorama municipal con una fuerza inusitada, dispuesto a repartir medallas de chocolate, sacadas del medallero particular de doña Manuela donde abundan estas y otras golosina que entretienen sus ratos más aburridos, que son tantos.

Que cada quisque tenga las ideas que quiera, todas son respetables si no traspasan las rayas rojas. Lo que hay que tener en cuenta son los actos. Y los de Rodríguez hablan poco y mal de su persona. Quien ha sido un pretendido militar español, sabiendo que durante los años del plomo fueron también objetivo prioritario de las hienas etarras y que fueron muchos los compañeros caídos, cómo es posible que se posicione junto a los que practicaron el terror, junto a los que intimidan y abusan de su posición numérica frente a otros uniformados. A muchos de los del Círculo hay que darles de comer aparte. El ex es uno de ellos. Lo mismo para llegar donde llegó, con la inestimable confianza de la entonces ministra de Defensa socialista, se vio en la obligación de jurar bandera, cara a la galería y bajo presión porque, de otra forma no se entiende que llegara a ostentar la responsabilidad que ostentó y que, antes, Félix Sanz Roldán, había llevado a las cotas más altas.

Si Manuela Carmena es lista y es verdad que, de alguna manera, quiere tutelar su sucesión, cabe esperar un atisbo de lucidez en esa tutela impidiendo el ascenso de este tipo para evitar el ridículo y la caída en picado de la formación morada en Madrid. Para ello es necesario que al PSOE de Sánchez y a Sánchez mismo le asista la cordura y la coherencia necesarias para no apoyar, ni ser apoyado por el posible candidato y su tropa, que más que tropa es una troupe circense.