Dona nobis pacem ( danos paz ). La paz es el estado más ansiado, más deseado de las personas, pues, afecta a nuestro estado de ánimo, a nuestro espíritu y cundo tenemos paz interior, nuestro sistema físico y psíquico va bien, funciona estupendamente.

Hemos de procurar siempre la paz allí donde estemos, en nuestro trabajo, en nuestras relaciones con los demás y proporcionar paz en nuestro entorno. Recuerdo que la escritora austríaca Marie Von Ebner Eschenbach decía : "Solamente puedes tener paz si tú la proporcionas".

La paz tiene que surgir de nuestro buen estado de ánimo, de nuestra coherencia con lo que pensamos y como actuamos, tratando de no causar daño a nadie y perdonando a quien nos ha hecho daño. Si queremos tener paz interior debemos desterrar de nuestros pensamientos el rencor, el odio, la envidia, y cualquier sentimiento negativo que pueda amargar nuestra existencia, lo cual no es fácil, pero hemos de ejercitarnos en el perdón.

Somos humanos, cometemos errores, podemos sin querer hacer daño a personas de nuestro entorno o ella no lo pueden hacer y a veces no es fácil encajar estas situaciones, especialmente cuando existen actos de humillación, o decepción, ahí más que en otros aspectos se requiere una gran capacidad para perdonar y olvidar el daño que nos han causado.

La paz de espíritu, debemos de tratar de ejercitarla constantemente , pues, no podemos vivir sin paz en un mundo que corre cada día a más velocidad en el que la maldad, atentados y actos oscuros están a la orden del día.

Hemos de perder la desconfianza y actuar con libertad de espíritu, hemos de dedicar diariamente unos minutos a pensar y a pensar en positivo y a repetir "la paz interior me produce bienestar".

Un tema muy importante es el tener confianza en nosotros mismos y procurar alejar de nosotros las inseguridades que, en estos tiempos no producen las nuevas tecnologías, la inseguridad en el mantenimiento del puesto de trabajo, la inseguridad de no poder llegar a fin de mes...

En una sociedad como la actual, donde el estrés está en el ambiente; la meditación, la relajación y el descanso mental nos ha de ayudar la paz interior para su posterior exteriorización. Hemos de comprometernos con la paz interior, su logro, sabemos que no es fácil, en el día a día y máxime con el ajetreo actual.

La vida cada vez más está llena de de dificultades y problemas y hemos de aprender a afrontarlos. Reflexiona y dale a tu vida un momento de paz.

Hace unos días escribía una columna sobre el ruido y decía que hemos de evitar los ruidos de todo tipo, para encontrar la paz que reconforte nuestro espíritu y así logar la paz espiritual y serenidad de corazón. La paz viene de adentro, no la busques afuera. Querido lectores, con estas líneas, simplemente quiero que reflexionen sobre la paz, tan necesaria en nuestras vidas y en nuestro mundo.

Les recomiendo que siempre que puedan escuchen música relajante, les será de gran ayuda.

La paz sea con ustedes

Pedro Bécares de Lera