La Santísima Virgen María prometió a los pastorcillos que a su debido tiempo se produciría un hecho maravilloso para que todos creyesen. Fue el famoso, manipulado y comentado Milagro del sol. En qué consistió. Existen testimonios directos y presenciales. En torno a ese milagro se produjo una especia de ansiedad, y un temor entre las miles personas (70.000) que acudieron por diferentes motivos (unos por curiosidad, otros por piedad, algunos para reírse de los pastorcillos y otros para desacreditar las apariciones?).

Al final de la última aparición el 13 de octubre de 1917 cuando las manos de Nuestra Señora dirigieron su luz hacia el sol, Lucía movida por un impulso interior gritó a la multitud que la rodeaba: "Miren al sol". Sin embargo por su propio testimonio ni ella ni sus primos vieron el milagro del sol, ni siquiera sabían lo que estaba sucediendo. Ellos estaban en otra dimensión: la sobrenatural de la visión alusiva a los misterios del Rosario: "Yo soy la Señora del Rosario" les había dicho la Virgen durante la aparición. ¿Cómo vieron los presentes este prodigioso fenómeno? Tenemos un testimonio nada sospechoso como el del periodista de O Século, Avelino de Almeida, que había sido enviado a Fátima con la finalidad de mofarse y ridiculizar a los pastorcillos de lo que según él eran falsedades y mentiras. En un artículo extenso y muy detallado narra y describe de forma exhaustiva el ambiente que pudo comprobar. Intentaré resumirlo en sus aspectos más llamativos. El artículo se titulaba muy expresivamente: "¡Cosas espantosas! Cómo el sol brilló en el medio día en Fátima!". Después de describir detalladamente el ambiente que se podía contemplar escribe: "(? se asiste entonces al espectáculo único e increíble para quien no fuera testigo de ello. Desde lo alto de la carretera donde se aglomeraban los coches y permanecían muchos centenares de personas que tuvieron miedo de pisar el barro, se podía ver una multitud inmensa de miles de personas mirando al sol, que se mostraba en todo su esplendor y en el cénit. El astro recuerda una placa sin pulir y es posible mirar fijamente hacia él sin el mínimo esfuerzo. Ni quema, ni ciega. Diríase que está sucediendo un eclipse. Pero he aquí que un alarido descomunal se eleva y a los espectadores que se encuentran más cerca se les oye gritar: "¡Milagro, milagro! ¡Maravilla, maravilla!". Unos a otros se preguntan si habían visto algo. La mayor parte confesaron ver temblar al Sol, el baile del Sol; otros declaran haber visto el rostro risueño de la Virgen, juran que el Sol giró sobre sí mismo como una rueda de fuegos de artificiales: bajo tanto, que estuvo a punto de quemar la Tierra con sus rayos. Hoy quien dice que lo vio cambiar sucesivamente del color (?)

Opinión científica: El Dr. Gonzalo de Almeida Carrret, Catedrático de la Universidad de Coimbra formuló las siguientes puntualizaciones: 1) Los fenómenos duraron unos 8 o 10 minutos. 2) El sol perdió su brillo deslumbrante, tomando el aspecto de la Luna, pudiendo dirigir a él la mirada fácilmente. 3) Por tres veces el sol, durante este período de tiempo, comenzó un giro rotatorio en su periferia, desprendiendo chispas de luz en sus bordes, semejante a lo que producen las ruedas de los fuegos artificiales. 4) Este movimiento rotatorio de los bordes del sol, 3 veces manifestado y 3 veces interrumpido, era rápido y duró 8 o 10 minutos, poco más o menos. 5) A continuación el sol adquirió color violeta, luego anaranjado, esparciendo colores por todo la Tierra, volviendo luego a su brillo y fulgor; imposible fijar en él la vista. 6) Fue poco después del mediodía y cercano al cenit (lo que es importantísimo cuando sucedieron estos fenómenos.

Otros testimonios.- No fueron los peregrinos los únicos que vieron el llamado milagro del sol. También está el testimonio del poeta Alfonso Lopes Viera residente en San Pedro de Muel, quien compuso las famosos y cantadas estrofas durante estos 100 años, por millones de personas en todas las lenguas A trece de mayo. También hay testimonios de persona del Norte de Portugal-Alto Miño- que siguieron de lejos este acontecimiento.

Fidel García Martínez