Advierto: no somos trogloditas. Admitimos la libre circulación de personas, empresas, y mercados... Tampoco somos cortos de mollera: en el campo como en el resto, sufrimos la globalización, la competitividad y todas esas mandangas, aunque de forma más cruel porque partíamos como los parientes pobres de la familia. Y encima sí; vivimos en el mundo rural, y somos más ingenuos, lo admitimos. Fíjense si somos ingenuos que nos hemos creído que teníamos los mismos derechos que los urbanitas como figura en la Constitución porque sabemos leer, escribir y hacer cuentas, y cuando la banca se puso en crisis nos llevaron muchos médicos rurales para el mundo urbano. Montoro hizo un tiento por hacerse con nuestros pastos, montes, aguas, riberas y vientos porque no encontró más recursos para vender en Europa que estábamos ahorrando en los pequeños ayuntamientos, aunque siempre nos olió a chamusquina y a expropiación encubierta.

En ese contexto, reconocemos, nos queda la matanza, nuestras fiestas y la naturaleza para seguir paseando por ella: nuestras riberas y montes, nuestros ríos y los sembrados, este año menos esbeltos que otros años porque S. Marcos este año se ha tomado vacaciones y no nos ha traído agua, sino frío a destiempo y lo que S. Marcos no da, San Isidro no lo enmienda.

Y si Vds visitan Tierra de Campos, habrán visto en cambio magníficas y modernas naves de porcino que en nada se parecen a los desvencijados palomares, en San Cebrián de Castro, Villaveza del Agua, y a la espera están las de Cerecinos de Campos, Santovenia del Esla, Villafáfila y Faramontanos de Tábara y otras cuantas más buscando aún acomodo.

¿Qué ha pasado aquí? ¿Han retornado los emigrantes con dinero contante y sonante como hace diez años llegaron con un huerto solar bajo el brazo rompiendo el tradicional paisaje rural? ¡ Que vienen los catalanes¡, me dicen, y están sembrando la tierra llana de Campos de naves supermodernas de porcino, madres sobre todo, y de genética la mayoría para producir de 60.000 a 100.000 lechones al año, que antaño se producían en humildes pocilgas, naves discretas después, juguetes comparadas con las actuales: de 3.000 a 4.000 madres de ibérico o de blanco, según los casos. Tan espectaculares son que les ha faltado tiempo a los Consejeros de Agricultura y de Fomento de la Junta para acudir a hacerse la foto y sacar pecho reiterando, como discos rayados, que con este desembarco de estas naves Castilla y León ha pasado a ser los segundos productores nacionales en reproductoras, tras Cataluña tan solo, pero además, con los sistemas de conversión de los purines en energía limpia y absorción del Co2 , esta Comunidad, dicen los Consejeros(as), antes de que se les exijan responsabilidades, nos colocamos añadiéndole la Biomasa, a la cabeza de la producción de energías limpias.

¿Todos tan contentos como dicen los Consejeros(as)? Pues no. Ayuntamientos hay de entre los "¿afortunados?" que no andan sobrantes de agua para satisfacer el consumo habitual de sus vecinos e incluso, alguno, abasteciéndose mediante cisternas más por contaminación que por volumen. Nada han dicho en sus memorias preceptivas de la repercusión lógica que habrán de tener en el resto de los pozos artesanos, menguantes de caudal como confirman las lagunas de la zona. Otros se preguntan si toda esa carga ganadera es compatible con la declaración de zona ZEPA, y la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. Y lo que más duele: que las distancias preceptivas de estas granjas con las existentes ya y las posibles, quedan hipotecadas para siempre.

Y concluyen: ¡ Nos colonizan¡ ¡ Nos echan¡ Cuando no es vía precios, es vía tamaño de las explotaciones, ayudas, productividad, competitividad... Otra vez los tópicos de la globalización. Mira lo de Noviercas, en Soria: 20.000 vacas... igual. Y concluyen: "¡O ellos o nosotros¡". Y nuevamente nos quedaremos solos. Y lo dicen mirando el horizonte de Tierra de Campos, ondulado antaño, remanso de paz siempre, hoy irreconocible.

¿Dónde queda el modelo de explotación familiar aceptado por fin por esta comunidad autónoma, hasta convertirse en la prioridad en la próxima reforma de la PAC, dice la Consejera de Agricultura? ¿ Y dónde la lucha contra la despoblación? ¿ Van a tener la misma ayuda económica estas explotaciones o las familiares, en concreto en las tres de particulares previstas en Navianos o Pueblica? ¿Cuál de los dos modelos, la explotación familiar o la industrial-empresarial, asienta más población en el mundo rural? ¿Se trata de eso o no? No debiera olvidar Castilla y León los datos del descenso anual de la población en el último año a la cabeza de España con 23.124 pobladores menos en esta comunidad, 3.002, de ellos en esta provincia.

Ya sabemos que la propia Europa a punto de firmar con EE UU el tratado de libre comercio, el de las grandes corporaciones y los fondos de inversión indican el camino del futuro al que se abrazan con fervor los dirigentes nacionales y autonómicos, sean del color que sean. ¿Por qué nos dicen en público todo lo contrario?.

¿Y qué dicen los promotores de "Zamora 10"? ¿No es la agroalimentación el principal y más importante punto de apoyo para el futuro? ¿Cuál de los dos modelos? Y semejante pregunta habrán de hacerse partidos y sindicatos, empresarios, y colectivos sociales y profesionales. El futuro de esta provincia está en juego y su silencio quedará señalado en la estadística de la despoblación del próximo año y siguientes, aunque no haya ya nadie, o muy pocos que lo reivindiquen: tienen a sus espaldas un largo historial de batallas perdidas, y esta es la última.

(*) Portavoz de la Plataforma en Defensa del Mundo Rural de Zamora