Ahora le ha tocado al Gobierno regional presentar en las Cortes de Castilla y León los prepuestos generales todavía para el presente año, dado el retraso acumulado con las cuentas a todos los niveles, tanto en las del Estado como en las de las autonomías. Y aunque la cosa, con todo lo que el PP tiene encima, una montaña de corrupción, no está para triunfalismos, el presidente Herrera pareció mostrarse discretamente optimista haciendo hincapié en un ligero aumento del montante total que en esta ocasión supera ya los 10.000 millones, algo que no se conseguía desde 2011, y que el máximo mandatario de la comunidad justifica con la superación de los momentos más duros de la crisis.

Objetivo fundamental de las inversiones seguirá siendo la lucha contra el paro y en este sentido explicó Herrera que se pretende que al acabar el presente ejercicio se haya creado 20.000 puestos de trabajo con lo que el desempleo no superaría el 15 por ciento de la población. Desde luego lo alejaría mucho de otras regiones, como la Andalucía socialista de Susana Díaz, que cuenta con el mayor índice de desempleo no ya de España sino de Europa. Pero como no se revela en que se basa esta positiva proyección hay que contemplarlo como mero voluntarismo nacido de la cierta recuperación económica de la sociedad, aunque no sea tanto como pregonan Rajoy y los suyos. De hecho, y por lo previsto, solo se cuenta con una oferta de 2.000 plazas de empleo público, aunque muchas de ellas serán destinadas a personal interino con el fin de hacer fijos sus puestos de trabajo. El resto de la presentación fueron cifras macroeconómicas, otros anuncios difusos como rebaja de algunos impuestos, pero no el más importante: el de sucesión, un auténtico abuso, y una condena de pasada a la corrupción? en el PP de Madrid, aunque obviando los casos que se continúan investigando en Castilla y León.

El paso siguiente será la presentación por provincias, con el rechazo habitual y sistemático de los partidos de la oposición que ya han anunciado enmiendas para la tramitación parlamentaria. En fin, lo de siempre. Ya se conoce algo de lo que hay para Zamora, que estos que sufre sí que son malos tratos. A falta de detalles, poca inversión, menos que en 2016, y con cuentagotas. Dinero para acabar el Hospital Provincial, algunos fondos para el maltrecho campo, y partidas diversas para algunas mejoras y chapuzas puntuales, mientras siguen pendientes otros planes que se aplazan para 2018, preparando las elecciones del año siguiente. El panorama de consolidación de Herrera puede que sea incluso una realidad, pero hay otra realidades, nada amables y bastante oscuras, que Cáritas vuelve a desvelar. Y si hay una ONG rigurosa y con crédito y prestigio intactos, esa es la de la Iglesia católica, una organización pionera en el ámbito de la solidaridad social y humana. Cáritas de Zamora no ve las expectativas tan fáciles como los políticos de la Junta y revela como el 90 por ciento de los parados que ellos consiguen contratar en la provincia acceden al trabajo en condiciones de precariedad absoluta, por horas o por plazos muy cortos y limitados. Y se ha vuelto a perder empleo en lo que va de año. Así son las cosas.